Los que lo conocen bien aseguran que es “una máquina”. Es el presidente de BasqueFIK, pero ocupa el mismo cargo en Artizarra –fundación que impulsa la industria de inversión alternativa– y es director de Euskaltel-MásMóvil. El clúster financiero vasco tendrá su puesta de largo en las XI Jornadas Financieras Deusto Business School-Alumni.

¿Cómo afrontan este inicio de curso, el primero?

—Necesitamos asentar unos mínimos. Estamos cerrando el proceso de selección de la dirección del clúster. También cerramos en septiembre la selección de las personas que nos va a acompañar en la definición del plan estratégico. Está ya todo encauzado y vamos a empezar a trabajar de verdad a finales de este mes.

Pero ya tienen un trabajo detrás.

—Hemos constituido la asociación, atraído 55 socios. Hemos definido las primeras áreas de trabajo. A partir de ahora, ya con la estructura, un equipo profesional trabajando y con los agentes que nos van a acompañar, empezamos a definir qué queremos ser dentro de cinco años. 

“Aprovecharemos las jornadas de Deusto para conocer el caso escocés y tejer una red de contactos”

¿Ya les conocen?

—Estamos muy cerca de todos los agentes y todos los clústeres que hay en Euskadi. Aprovecharemos estas jornadas de Deusto para conocer una experiencia similar como la de Escocia y empezar a tejer una red de contactos. Este encuentro con el mundo financiero es una oportunidad más para explicar qué queremos ser y que la gente entienda qué se está buscando desde este clúster. En cualquier caso, entiendo que este año no veremos ninguna operación. BasqueFIK tiene varias funciones. 

¿Cuáles son sus funciones?

—La primera es recuperar el protagonismo tractor que tuvo el sector financiero bancario de Euskadi a finales del XIX y todo el siglo XX. En los últimos 25 o 30 años ha habido otras geografías que han tenido un nivel de atracción de la actividad financiera más potente. En el Estado, probablemente Madrid, Europa, con los grandes focos de siempre, Londres, etc. Hemos perdido un poco en el camino y buscamos fórmulas para recuperar ese esplendor e incorporar herramientas que probablemente no hemos desarrollado y que la industria financiera sí ha desarrollado.

¿Las tienen detectadas ya?

—Desde fondos de private equity, empresas de fintech, incorporación de tecnología blockchain o cuántica a procesos financieros o desarrollo de actores en el entorno financiero de dimensión suficiente. Tenemos dos bancos locales importantes como Kutxabank y Laboral Kutxa, pero hemos perdido cierta potencia de lo que suponía BBVA en la plaza. Pero no solo es el mundo bancario. Nos hemos dejado de arrastrar hacia otras geografías y hay recursos, que necesitamos para desarrollar proyectos empresariales y hacer que crezcan, que tenemos que ir a buscar a 400 o a 1.000 kilómetros de aquí.

“Buscamos recuperar el esplendor del sector bancario vasco e incorporar nuevas herramientas”

Se trata, en definitiva, de relanzar el ecosistema financiero. 

—Eso es una parte. Para que eso ocurra también tenemos que analizar, otras cuestiones. ¿Tenemos el nivel de conocimiento suficiente? ¿El modelo educativo que tenemos en estas áreas está suficientemente desarrollado? ¿Nos hemos quedado algo anquilosados después de que hemos tenido la universidad que sacaba todos los banqueros de este país? Si eso ha ocurrido, ¿qué podemos hacer para recuperar nuestra capacidad? ¿Atraemos gente que ya ha evolucionado todo esto? ¿Dotamos de recursos a los que están aquí para que se puedan desarrollar y generar un talento que realmente quiera quedarse porque le proponemos proyectos suficientemente sugerentes? Esa es otra parte relevante. Otra tiene que ver con cómo hacemos que proyectos muy pequeños que surgen de nuestra capacidad de innovación, de nuestra red de ciencia y tecnología, tengan acompañamiento financiero. Es un criterio de evaluación de riesgo totalmente distinto al bancario. Hay que preguntarse si tenemos desarrollada la industria del venture capital o la del seed capital. ¿Cómo atraemos eso? 

¿Hay margen para explorar todas esas cuestiones?

—Muchas veces la atracción está ligada a un entorno regulatorio, que en nuestro caso fundamentalmente tiene que ver con la fiscalidad. ¿Qué podemos hacer con el Concierto para que todos sus agentes puedan desarrollarse mejor y ver Euskadi como un territorio atractivo para crecer o para venir? Eso es otra de las tareas del clúster financiero.

¿Cómo encaja BasqueFIK en esos procesos de retención y atracción de talento?

—Vamos a tener un nivel de coordinación engrasado y activo, tanto con los posibles inversores en esos proyectos como con los propios gestores de los proyectos que quieren modificar su estructura de capital. El objetivo es poder sentar de manera rápida a esos agentes y explicarles que va a surgir una oportunidad y necesitamos crear un consorcio o una herramienta o una sociedad de garantía o una sociedad de inversión concreta para poder abordar esa operación. Es algo crítico para el territorio y el clúster, que es un ente más aséptico, los irá llamando. A la mayoría de ellos los tenemos como asociados o los tenemos muy cerca y buscamos cómo construir esa fórmula. 

¿Cuándo arrancará esa actividad?

—Nos van a surgir realidades a la vez que estamos dibujando el plan estratégico y al final acabaremos convergiendo en un tiempo, pero es una realidad que está ahí. Sabemos que la gente nos mira y está esperando que el clúster también opine: ¿Creéis que es posible hacer esto y que este tipo de compañía no se diluya, se debilite o se vaya de aquí? Lo intentaremos porque es una de las patas sobre las que tratamos de sujetar la actividad. 

“BasqueFik tendrá una coordinación engrasada y activa con los inversores y los gestores de proyectos”

¿Entonces el grifo se abrirá cuando haya una oportunidad? ¿No se puede establecer un mínimo de inversión anual?

—No, tenemos que estar atentos en primer lugar a cuáles creemos que son los sectores, las áreas y las compañías que son relevantes aquí, tenerlas bien en el radar. Algunas operaciones se pueden intuir, porque está pasando algo en el sector, hay un cambio generacional en la compañía, porque el líder se ha ido o una empresa está analizando la posibilidad de reforzar capital con un fondo de gente cercana. Incluso proactivamente algunos de los agentes irán acercándose. Eso es una parte más defensiva, que no perdamos lo que hay, pero hay una parte mucho más ofensiva. Es decir, que se fijen en nosotros y quiera establecerse aquí una compañía o cómo podemos hacer que algunos agentes aglutinen una transformación de un sector que se está quedando obsoleto. Es una parte más de observatorio, más de impulso de la competitividad, más de entender cómo está viendo cada sector lo que ocurre en el mundo. En Euskadi hay con BasqueFIK, casi 20 clústeres, y cubrimos áreas económicas suficientemente potentes y grandes para monitorizar qué tenemos, qué no tenemos, qué nos hace falta y qué nos deja de hacer falta.

¿Hay expectativas en las empresas?

—El resto de clústeres nos ven como la gran esperanza blanca. Ellos tienen ideas, pero no recursos para hacerlas. Nos acercaremos, estaremos encantados de escuchar las ideas que tienen y analizaremos si realmente es dónde hay que poner el foco o cómo podemos ayudarles a encontrar los recursos adecuados.

¿Y suministrárselos?

—No siempre van a surgir de dentro. Podemos decirles que ese tipo concreto de operación se está haciendo con determinadas herramientas, con un tipo de agentes financieros: Os los acercamos si queréis, os acercamos un caso de éxito parecido a lo que vosotros intentáis hacer y a partir de ahí os facilitamos que algo que igual no tenemos hoy en Euskadi lo podáis hacer con alguien que lo hace fuera de Euskadi. Pero ahí también tenemos que ayudar, decir nos interesa que tu proyecto crezca y vamos a intentar hacerlo de la mejor manera posible desde el punto de vista financiero, que es lo que nosotros podemos dominar y facilitar. Eso luego puede dar pie a que esa solución que ha aplicado alguien desde fuera la podamos incorporar con alguien que está dentro y hacerla desde aquí. Eso sería ya rizar el rizo y completar el objetivo que tenemos.

“Sabemos reposicionarnos, reinventarnos y tenemos la palanca del Concierto en este momento transformador”

¿La interacción entre clústeres es la gran clave del éxito? 

—Es importante aprovecharse ya del trabajo de los clústeres, muchos de ellos ya con más de 20 años de experiencia. Tienen ya trabajo hecho y saben hacia dónde van determinados segmentos como energía, movilidad, electrificación, economía circular... Hay muchas cosas que han madurado como oportunidad y son oportunidades que nosotros podríamos aprovechar, facilita mucho el análisis de lo que puede ser importante. Ellos quieren apoyarse en nosotros y nosotros nos queremos apoyar en ellos.

¿Puede BasqueFIK dinamizar la actividad de inversión, que otros fondos, otros inversores, detecten oportunidades de inversión? 

—Euskadi tiene muchos elementos muy atractivos pero igual no son suficientemente conocidos. Hemos tenido experiencias hace años como la denuncia de las vacaciones fiscales porque otros se sentían en inferioridad. Nosotros lo podemos aterrizar desde una perspectiva de experiencia real. Podemos ser un buen altavoz dando una visión desde una entidad que es privada, aunque tiene socios públicos, y que de alguna manera tiene también la libertad o la falta de limitaciones que muchas veces una entidad pública puede tener a la hora de expresarse.

¿Es buen momento para invertir en Euskadi?

—Es buen momento porque tenemos comparativamente una estabilidad bastante mayor que en muchos otros sitios. Tenemos una cultura, que además cada vez está más reforzada, en el entendimiento de cuáles son los intereses públicos y los intereses privados, y los hacemos converger. ¿Nos faltan cosas? Sí, pero también estamos viviendo un momento muy transformador. Siempre hemos sabido reposicionarnos, reinventarnos y tenemos la palanca adicional del Concierto. Tenemos que ser conscientes de que la economía y la empresa son un motor indudable de desarrollo social, porque en el fondo son los que alimentan luego a toda esa maquinaria del bienestar y de los servicios que te da la parte pública. 

“Gente joven se va en busca de retos mayores, hay que contar qué hacemos y la cita de Deusto es un escaparate”

¿Qué puede aprender Euskadi del fondo de inversión escocés, otro protagonista de las jornadas de Deusto Business School-Alumni? 

—Hay similitud entre territorios. Escocia ha vivido muy cercano a lo que es el Reino Unido, que en el fondo ha sido uno de los principales impulsores del negocio financiero inversor en Europa hasta el Brexit. Básicamente era el puerto en el que todo el mundo quería tener un amarre y poder desembarcar. Pese a esa cercanía, los escoceses tienen un sentimiento también de defender su región y lo suyo, como tenemos en Euskadi. Ellos han podido avanzar más con su iniciativa y son una buena referencia de cuáles son las lecciones positivas aprendidas y cuáles son aquellos elementos que han testado y saben que es mejor no malgastar el tiempo en ellos. 

Hablaba antes de recuperar el esplendor financiero de la plaza Bilbao, ¿contribuyen las jornadas de Deusto a ese propósito?

—Hay mucha gente que se va afuera porque no conoce todas las oportunidades que hay aquí o quizá en otros sitios las publicitan mejor. Mucha gente joven se va fuera porque cree que hay retos mayores. Tenemos que contar lo que hacemos y las jornadas son un escaparate.