La firma alavesa Vidrala ha comunicado al comité de la planta de Laudio la decisión de cerrar uno de sus hornos –el número 1, que es el más pequeño de los tres hornos de fusión de vidrio que actualmente operan en la planta–. Esta medida afectará a unos 80 de los 320 trabajadores de la planta, a los que la empresa tiene la intención de ofrecer un plan de salidas incentivadas voluntarias y, según insisten fuentes de la compañía a este periódico, evitar medidas traumáticas para el empleo.
Según han apuntado estas fuentes de la empresa, el cierre de este horno estaba previsto desde hace dos años, cuando ya se comunicó a la plantilla que no se procedería a su reparación al fin de su vida útil por tratarse de una instalación “poco competitiva”. No obstante, la empresa ha decidido adelantar este cierre alegando el contexto de “debilidad de la demanda y una persistente inflación de costes, especialmente energéticos y salariales”.
Inversión prevista de 50 millones en cinco años
Asimismo, la compañía alavesa insiste en que el cierre de este horno se enmarca en un plan de inversión que “garantiza la pervivencia de la actividad industrial” en la planta laudioarra.
Dentro de este plan, en el marco de los próximos 5 años, Vidrala prevé invertir más de 50 millones de euros en Llodio “para la modernización de los dos hornos más grandes, implantando las mejores tecnologías disponibles en sostenibilidad, medioambiente y eficiencia energética”. Este plan incluirá asimismo una nueva instalación de composición de materias primas de última generación así como una instalación de generación eléctrica fotovoltaica.
La plantilla se reunirá esta misma semana con el comité para analizar el impacto que tendrán estas medidas.
Desde la parte social, ELA, por su parte, recordó en declaraciones a Efe que el cierre de horno no es nuevo y que por ello la sección de vidrio de esta multinacional secundó este año dos jornadas de huelga para pedir inversiones en la fábrica alavesa. Así, criticó que Vidrala está reforzando sus inversiones en Portugal, donde ha adquirido el mayor horno de vidrio de la península ibérica tras una inversión cercana a los 100 millones de euros.
El pasado octubre, Vidrala advertía de un "contexto de demanda más moderado" y de un entorno macroeconómico "menos boyante". "La reciente debilidad de la demanda que refleja factores macroeconómicos, la elevada base comparable del año anterior y los efectos temporales de la reducción de inventarios por parte de nuestros clientes nos llevará a controlar las tasas de utilización de capacidad para adaptar nuestros inventarios en el corto plazo, sin que esto afecte nuestras previsiones para el ejercicio 2023", concluía entonces Vidrala.
La compañía alavesa fabricante de envases de vidrio hacía esta advertencia coincidiendo con la presentación de sus resultados hasta septiembre, que constataban la consolidación de la recuperación de sus márgenes de negocio en la que ha venido avanzando en el último año. De este modo, a cierre del pasado septiembre la firma con sede en Laudio registraba un beneficio neto de 184,6 millones de euros, con un incremento de ventas interanual del 17,4%.