Vitoria

– Con los negocios petrolero y gasístico en una situación de cierto estancamiento, la apuesta de Tubacex por las redes relacionadas con la transición energética está permitiendo al fabricante alavés de tubos afrontar el pasado año y el actual con una mirada muy optimista. Tanto es así que la compañía prevé cerrar 2023 con un beneficio cercano a los 40 millones de euros, lo que supondría el mejor resultado en 15 años. De momento, ante el cierre el próximo mes del segundo trimestre, sus responsables confían en que se batan los beneficios del primero, que fueron de 10 millones.

Son parte de las conclusiones que transmitieron ayer el consejero delegado de Tubacex, Jesús Esmorís, y el presidente, Francisco Javier Sanz, en un encuentro con los medios antes de la Junta de Accionistas, en la que se aprobó el reparto de un dividendo bruto de 8,1 millones, el 40% del beneficio neto, que se hará efectivo el próximo 6 de junio. Los directivos señalaron que 2022, pese a las dificultades del contexto económico, fue un buen año, con unos resultados “históricos en rentabilidad, liquidez y visibilidad de su cartera de pedidos”, los “mejores” del grupo en los últimos 14 años.

Esmorís apuntó que 2022 fue un ejercicio complicado por el impacto de la guerra en Ucrania y la subida de las materias primas, pero el beneficio neto de 20,2 millones ha permitido un “año importante de generación de caja”, de nuevos pedidos y de proyectos en ámbitos nuevos, como pueden ser la captura y almacenamiento de dióxido de carbono o el hidrógeno. El pasado año sirvió a la firma para cumplir muchos de los objetivos financieros previstos en su Plan Estratégico 2022-2025, como la reducción de la deuda neta a 280 millones. En el inicio de 2023 mantienen la tendencia de buenos resultados. La empresa cuenta con una cartera de pedidos “histórica” de 1.650 millones, lo que le da “gran visibilidad” para este año y anticipa un ejercicio “de claro crecimiento”. Prevén en 2023 estar por encima de 2022 en cuanto a resultados “si no pasa nada extraordinario”, por lo que esperan que, desde ese punto de vista, sea un ejercicio “muy positivo” y en este segundo trimestre del año confían en “batir” los resultados del primero. Sobre la facturación, el Plan Estratégico prevé alcanzar los 1.000-1.200 millones en 2025. El pasado año se lograron unas ventas de 714,7 millones de euros y en el primer trimestre se llegó a los 232,2 millones.

DIVERSIFICACIÓN

En su comparecencia, ambos dirigentes subrayaron que Tubacex trabaja para convertirse en proveedor de productos industriales avanzados y servicios de alto valor añadido para los sectores energéticos y de movilidad. Una diversificación de negocio que busca reducir la dependencia del sector del petróleo y el gas para situarla por debajo del 30% en 2025, con una apuesta por el sector del hidrógeno, la captura y almacenamiento de dióxido de carbono, el ámbito aeroespacial o el aeronáutico. Sobre el impacto del coste de la energía, Esmorís indicó que el incremento del coste del gas, que se multiplicó por 10 el año pasado, es un problema que sufren sus plantas en Europa, pero no en Asia ni en EEUU. Preguntados por si eso puede inclinar las inversiones hacia esas zonas, Esmorís opinó que Europa se está “pegando un tiro en el pie” con el incremento de los costes energéticos. “Si nuestro cliente no invierten en Europa y lo hace en Estados Unidos tendremos que ir con él allí”, remarcó el consejero delegado de la firma alavesa. – NTM