¿Qué objetivos se marca para los próximos años?

Básicamente seguir con la labor de la junta anterior, en la que yo participaba como tesorera; dar a conocer las labores qué hace un ingeniero de telecomunicación, dar a conocer el colegio de puertas para afuera. Y, por otro lado, seguir atendiendo a nuestros colegiados en toda la ayuda que les podamos ofrecer, networking, formación, todos los servicios que normalmente da un colegio. Y, como mujer, lo que pretendemos es dar visibilidad a la mujer en los ámbitos STEM, y un poco también en el emprendimiento tecnológico.

Desde hace años se lleva alertando que no solo la presencia de las mujeres en la carreras científico-tecnológicas es baja, sino que la cifra está estancada.

Yo estudié en la Universidad de Deusto y allí ya no hay ingeniería de telecomunicación. Ya no sólo el tema femenino, sino el tema de vocaciones. Es otra de las patas que queremos seguir fomentando, las vocaciones científico-tecnológicas entre la juventud. Y en cuanto al tema de las mujeres, cuando yo estudié éramos mitad más uno de mujeres; éramos 75, y la mitad más uno éramos mujeres, no sabemos lo que ha pasado. Desde el colegio y la asociación realizamos eventos de innovación, hackathones, y tenemos dos versiones: la junior y la senior. En la junior, que está orientada a chavales de 12 a 18 años, vemos que la participación de la mujer es mayoritaria y que las acceden a los premios y las que suelen ganarlos son ellas, pero no sabemos qué pasa cuando llegan a la universidad, porque la participación femenina en esos hackathones es un 20%, si llega.

“Queremos dar visibilidad a la mujer en los ámbitos STEM y en el emprendimiento tecnológico”

Que haya una mujer como decana del Colegio es una referente y, precisamente, hacen falta referentes femeninos.

Sí. Es una forma de reivindicar que las mujeres también podemos acceder a estos cargos. Una de las cosas de las que estoy muy orgullosa es que la nueva junta, pese a ser un 30% de mujeres colegiadas, hemos conseguido que sea paritaria. Y no me ha costado mucho encontrarlas, que mujeres válidas hay en todos lados.

¿Es difícil todavía romper los techos de cristal?

Es complicado, el primer techo nos lo ponemos nosotras, yo lo veo así. Y luego, a partir de ahí, es mucha inercia de que siempre han estado los hombres. Yo creo que eso lo tenemos que empezar a romper con gestos como el que haya una decana para darles un referente femenino. La conciliación también es fundamental, esa idea de que no eres peor madre por tener una carrera.

¿A qué retos se enfrenta el sector?

El primer desafío es conseguir que la gente estudie una carrera tecnológica. Mucha gente no sabe qué es un ingeniero, así que lo primero es dar a conocer su trabajo y, a partir de ahí, seguir trabajando para que sea un profesión reconocida, porque otro de los handicap que nos encontramos es que antes tenías que sacar muy buenas notas para poder entrar y ahora no tiene nota de corte.

“Hay que seguir fomentando, las vocaciones científico-tecnológicas entre la juventud”

¿Y qué hace un ingeniero de telecomunicaciones?

En todos los sitios te vas a encontrar un ingeniero de telecomunicación. El ingeniero de telecomunicaciones es muy transversal, está en sanidad, está en movilidad, está prácticamente en todos los sectores.

Sin embargo, falta mano de obra.

Sí. Estamos en pleno momento de la digitalización, la tecnología ha irrumpido en todos los sectores, y al final entre machine learning, el big data, la digitalización, la inteligencia artificial y demás, son profesiones técnicas en las que necesitas un ingeniero de telecomunicaciones. Todo está conectado, todo está digitalizado, y ahí es donde entramos nosotros. Se está digitalizando todo, sobre todo los procesos, más luego la administración, las fábricas.

La falta de mano de obra puede suponer un freno a la digitalización?

Sí, claro, sin lugar a dudas.