- La industria de los semiconductores en España, formada por unos 50 centros de investigación y empresas, la mayoría pymes, es un sector con “poco peso en la economía” del país, aunque tiene un “impacto altísimo”, hasta el punto de que llegará a ser “crítica”.
Esta es la radiografía de la industria de semiconductores que ha realizado el presidente de la patronal de la industria tecnológica Ametic, Pedro Mier, en declaraciones a Efe, después de que esta misma semana se anunciara un proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) sobre microchips y semiconductores, con 11.000 millones de euros de inversión pública.
Este sector facturó 511.775 millones de euros en todo el mundo durante 2021, según datos de la organización World Semiconductor Trade Statistics (WSTS), de los que 43.960 millones correspondieron a Europa, el 8,6% del total. En el caso de España, aunque las fuentes consultadas desconocen la cifra exacta de negocio, Mier concluye que se trata de un tejido empresarial con “poco peso” en la economía, pero que tiene “un impacto altísimo”, que será “mucho mayor” en el futuro.
Este impacto “justifica que haya una reacción por parte de Europa y en el caso español, porque va a ser una industria crítica”, afirmó. El sector industrial de semiconductores español está caracterizado por la “dispersión geográfica y temática”, que hasta ahora no han tenido “una representatividad coordinada”, lo que dificulta conocer cuál es su peso actual, apunta Mier. Según sus cifras, existen “unas 50 empresas o centros de investigación con distintos grados de madurez” en España, entre ellas Wiyo, Imasenic, Kdopc e ICMálaga, compañías (estas cuatro) que fundaron la primera Asociación Española de Semiconductores (Aesemi) de España en noviembre de 2021, que hasta ahora ha recibido una veintena de solicitudes de adhesión. De estas compañías, “la mayoría son fabless”, es decir, que se dedican al diseño de los semiconductores pero no los fabrican, según explica el presidente de Aesemi, Danny Moreno.
De hecho, tanto él como Mier confirman que en España no hay ninguna planta de chips, en donde se encuentra “la fase crítica que está provocando el cuello de botella en la cadena ”, según Ametic. Aunque “hay de todo”, Mier reconoce que la mayor parte de las compañías españolas que se dedican enteramente a los semiconductores son “más bien pymes”. En el caso de los grandes actores mundiales como Intel o Qualcomm, en España tan solo cuentan con “función comercial”. Por su parte, Moreno asegura que en España hay empresas grandes del sector pero reconoce que de momento no tienen cifras porque están recolectando datos para definir cómo está la situación.
Un trabajo que también están realizando desde Ametic, que ha creado un grupo de microelectrónica con el objetivo de elaborar un mapeo del ecosistema que permitirá contar con una radiografía de capacidades y roles de los agentes de la cadena de valor, identificar proyectos de colaboración y proponer una estrategia nacional de semiconductores.
A la espera de que se concreten todos los detalles, ambas asociaciones recalcan la importancia del Perte en microchips y semiconductores anunciado por el Gobierno. Según Moreno, este Perte debería “fortalecer el tejido empresarial español” con un “ecosistema abierto y colaborativo” que “democratice las oportunidades” para las pymes, que son “las que crean la innovación”.
Desde la asociación apuestan además por la creación de una fábrica de semiconductores de tecnología más madura, “como por ejemplo los chips que requiere la industria de la automoción, con semiconductores por encima de 14 nanómetros”. Una visión que comparte Mier, quien explica que, en la actualidad, hay una frontera tecnológica en los cinco nanómetros, con plantas que fabrican chips por debajo de esta cifra que requieren miles de millones de euros de inversión, como las dos que prevé abrir Intel en Alemania. En el extremo contrario, España debería “apostar por los chips de más de cinco nanómetros”, ya que es donde está “el mayor mercado” y “la inversión es más baja”.
El coste del litio
El empresario estadounidense Elon Musk sugirió ayer que Tesla, su empresa de vehículos eléctricos de lujo, se dedicará al negocio de extraer y refinar litio si no se reduce el coste de esta materia prima que necesita para fabricar las baterías. Musk, muy aficionado a utilizar la red social Twitter para comentar noticias y compartir sus ideas, se hizo eco de una serie histórica de datos sobre el precio del litio, que se ha disparado en la última década y especialmente desde que comenzó la guerra en Ucrania.
“El precio del litio ha subido a niveles de locos, podríamos entrar en su extracción para mejorar los costes”
Fundador de Tesla
“Ideas frescas”. El hombre más rico del mundo aseguró que este metal está “en casi todas partes” del mundo y no descartó invertir en su extracción. Además, hizo mención a las reservas de litio de Nevada, las mayores que se conocen el EEUU, y aseguró que Tesla “tiene algunas ideas frescas sobre la extracción y refinado sostenibles de litio”, sin ir más allá en el ámbito geográfico.