Mari Luz Cano López es graduada en Ingeniería Agropecuaria y del Medio Rural. Su anterior función estaba, desde 2019, en la Dirección Territorial Norte como coordinadora. El 1 de enero de 2022 pasó a ocupar el cargo de directora territorial norte.

Las indemnizaciones abonadas por el seguro agrario a los agricultores y ganaderos vascos se han elevado en 2021. ¿De qué incremento hablamos?

—De casi un 14%, hasta los 5,7 millones de euros abonados, por los siniestros causados, principalmente, por las inclemencias meteorológicas de la primavera y las primeras semanas del verano.

Esas fechas, en Álava, nos hacen pensar en viñedo

—Sin duda, entramos de lleno en la etapa en la que los viticultores miran al pronóstico del tiempo con la misma dosis de esperanza como de temor, esperando que una tormenta o una bajada de temperatura no tire por tierra meses de trabajo e inversión. Si echamos la vista atrás, el pasado año tuvieron que hacer frente -en primer lugar- a fuertes heladas, en un momento muy delicado para el desarrollo de la uva, y a posteriori a tormentas de pedrisco muy severas que dejaron daños generalizados en todo el viñedo alavés. Fue una lástima.

¿Significa eso que aumentaron las indemnizaciones?

—Para los viticultores alaveses sí. Se situaron finalmente en 4,3 millones abonados a final de campaña, muy por encima de los 3 millones de la pasada cosecha.

¿De cuántas hectáreas siniestradas hablamos?

—De más de 4.600 hectáreas siniestradas en total, casi 900 más que en 2020. Aunque la gran mayoría se encuentran en Rioja Alavesa, también se han registrado daños en parcelas de txakoli de Bizkaia y Gipuzkoa.

¿Por qué tenemos la sensación de que ahora hay más tormentas de pedrisco?

—Porque ya no solo se producen en las tardes veraniegas de mucho calor, como sucedía antes. Las tormentas de pedrisco son cada vez más recurrentes, comienzan en fechas más tempranas y, en otras zonas de la península, se alargan hasta bien entrado el otoño. Por eso, habitualmente el pedrisco es el riesgo con mayores indemnizaciones en el conjunto del estado.

¿Se sufren más heladas o más pedrisco?

—Por número, se registran más tormentas de pedrisco, pero son aleatorias. Es frecuente que descarguen violentamente en zonas muy localizadas. A veces, incluso se sufren en un municipio, pero no en los de alrededor. En cambio, cuando se producen dos o tres noches de helada, normalmente arrasan con una comarca entera, y no hay escapatoria.

¿Hay margen para asegurar?

—Hay margen. El próximo 25 de marzo se cierra el plazo para proteger la próxima campaña de uva de vino con los módulos de seguro que protegen frente al pedrisco y las heladas, que el pasado año comenzaron por San José, y se repitieron en abril y mayo. Por tanto, es un momento clave para proteger la próxima añada de vinos alaveses.

El resto de indemnizaciones hasta los 5,7 millones... ¿a dónde han ido destinadas?

—Casi un millón de euros se han abonado a ganaderos asegurados, por los siniestros producidos en sus explotaciones. El resto corresponden a productores asegurados de cultivos herbáceos (como el cereal de invierno, girasol y legumbres), de patata, remolacha, kiwi o arándano.

El año 2021 comenzó con nevadas y heladas, y se cerró con el desbordamiento del río Ebro. ¿Se puede prever como será 2022?

—En absoluto, la incertidumbre que sufren los agricultores y ganaderos es cada vez más elevada, porque las adversidades climáticas graves se han multiplicado en el calendario. Los efectos de las heladas y las tormentas de pedrisco que sufrimos cada año son muy graves, y si a ello sumamos los efectos devastadores de las inundaciones, borrascas de viento, lluvia y nieve o de las sequías que se producen cada cierto tiempo, el panorama se vuelve incierto. Por ello, siempre insistimos en el seguro agrario como la mejor herramienta para garantizar el futuro de las explotaciones. Es la salvaguarda de las inversiones, el empleo y la renta, porque en caso de siniestro, otorga una nueva oportunidad para empezar de nuevo.

Este 2022 ha comenzado con preocupación por la sequía.

—Sí, aunque las lluvias de los últimos días han otorgado un respiro. Podemos decir, deportivamente hablando, que aún queda partido y los productores de cereales tienen margen para remontar la situación. Eso sí, tiene que seguir lloviendo con frecuencia y les tiene que respetar el pedrisco a lo largo de los próximos tres meses. Pero ya sabemos que las tormentas de pedrisco no respetan nada.

¿Los datos de aseguramiento son satisfactorios?

—Sí, lo son, pero también tienen margen de mejora. El año 2021 se cerró con más de 2.700 pólizas de seguro agrario en el conjunto de la CAV que ofrecieron cobertura a más de 164 millones de producción asegurada, un 1,2% más que en 2020. Aproximadamente el 80% corresponde a Álava, principalmente viticultores y cerealistas.

Dirige usted la zona norte de Agroseguro -que incluye a Euskadi y Navarra- desde el 1 de enero. ¿Qué tal han sido las primeras semanas de tarea?

—Muy satisfactorias. Es cierto, que ya era coordinadora de zona desde 2019 y las cuestiones del día a día no me resultan ajenas, pero tengo que agradecer las muestras de afecto que he recibido en este tiempo, y el espíritu de colaboración que me he encontrado en cada conversación y reunión. Confío en que siga siendo así, para garantizar que el seguro agrario siga siendo una referencia para el campo.