- La intención del Gobierno de Pedro Sánchez de incrementar las cotizaciones sociales para reforzar la hucha de las pensiones tendrá un mayor impacto en Euskadi, que cuenta con los sueldos más altos del Estado. La base de cotización media en la CAV supera los 2.300 euros al mes, casi 400 euros más que la media del Estado. El incremento de medio punto que plantea Sánchez supone una aportación extra de en torno a 10 euros (a pagar entre empresa y trabajador) para el sueldo medio en España, que serían entre 11 y 12 euros más en el caso de Euskadi.
La base de cotización media, que es la referencia a la hora de calcular cuánto se debe pagar a la Seguridad Social, no coincide exactamente con el salario bruto pero no está lejos. En España según datos del INE el bruto medio son algo más de 24.000 euros anuales, es decir, en números redondos 2.000 euros brutos en 12 pagas y 1.700 si se hace el cómputo en 14 pagas, que suele ser lo habitual. En términos netos, por tanto, el sueldo medio a nivel estatal ronda los 1.500 euros, cifra a la que le corresponde un incremento en la cuota a la Seguridad Social de 10 euros al mes.
La propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez es activar esta subida de medio punto a partir del año que viene y estaría vigente durante una década, es decir, al menos hasta 2032. No está claro sin embargo en qué lado caería el incremento, si en la parte de la Seguridad Social que paga el empresario, que es la principal, en la que corresponde al trabajador o, y esto es lo más probable, el recargo se reparte entre ambos. Esta cuestión y el resto de detalles de la propuesta se van a seguir negociando con los agentes sociales, todo ello con el objetivo de alimentar las arcas de la Seguridad Social para poder hacer frente al pago de las pensiones.
Coge forma así el trayecto que quiere dibujar el ministerio de José Luis Escrivá como alternativa al sistema de ajuste de las pensiones diseñado por el Ejecutivo anterior de Mariano Rajoy, muy protestado por el colectivo de pensionistas, sindicatos y otros agentes sociales, que vienen reclamando precisamente poner el foco en el lado de los ingresos de la Seguridad Social en lugar de apostar por recortes en el gasto. Esa inyección extra se haría a través del llamado Fondo de Reserva, más conocido como la hucha de las pensiones, muy mermada en los últimos años por los continuos saldos negativos que presenta el sistema entre entradas y salidas. La hucha tiene ahora poco más de 2.000 millones de euros cuando en 2011 llegó a rebasar los 66.000.
Evidentemente la fórmula de Escrivá va a suponer un mayor desembolso en aquellas nóminas más altas. Aunque las cifras por trabajador no parecen significantes, la subida de cotizaciones hay que verla en conjunto y, en ese sentido, las empresas vascas son las que más van ver condicionadas sus cuentas si finalmente la propuesta del Gobierno supera los trámites y acaba viendo la luz.
Para un sueldo medio en Euskadi, algo más de 2.000 euros brutos en 14 pagas (las bases medias de cotización son 2.339 euros en Araba, 2.330 en Gipuzkoa y 2.302 en Bizkaia), el incremento del 0,5% supondría pagar a la Seguridad Social algo más de 11 euros al mes por trabajador, claramente por encima de la mayor parte de territorios del Estado.
Y es que, después de Euskadi, únicamente Navarra, Barcelona y la Comunidad de Madrid presentan bases medias superiores a los 2.000 euros. Si la media del Estado español se encuentra tan próxima a ese umbral (1.924 euros) es porque Madrid y Barcelona concentran el mayor número de cotizantes a la Seguridad Social en el régimen general, en torno a cinco millones.
Por debajo de la media se encuentran por tanto la mayor parte de provincias españolas. Con bases de cotización de en torno a 1.600 euros, zonas como Badajoz, Cáceres, Alicante o Almería aportarían por trabajador entre 7 y 8 euros extra con la propuesta de Escrivá.
Hay que recordar en todo caso que la base de cotización está directamente ligada al cálculo de prestaciones como la jubilación y, por tanto, ese mayor soporte repercute también en mayores pensiones.
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, no quiso valorar ayer la propuesta de Escrivá sobre cotizaciones y emplazó a ver “cómo evoluciona el debate”. Calviño, eso sí, remarcó que el sistema planteado en 2013 por el PP necesitaba una alternativa al suponer un recorte para los pensionistas.
Por otro lado, la ministra de Economía defendió la importancia de devolver la prevalencia al convenio sectorial sobre el de empresa para fijar unas condiciones salariales mínimas que permitan acabar con la precariedad que viven colectivos como las camareras de piso (más conocidas como las kellys).
Calviño citó este aspecto como una de las cuestiones clave en las que se trabaja con los agentes sociales y que supone derogar uno de los aspectos más polémicos de la reforma laboral de Rajoy, que fue dar prioridad al convenio de empresa.
Para los sindicatos el poder contar con el sector como referencia principal es importante porque facilita la defensa colectiva sobre todo en empresas muy pequeñas en las que ni siquiera hay delegados que representen a la plantilla. En cambio, para las patronales siempre ha sido una demanda clave poder tener una regulación propia en cada empresa que permita adaptar condiciones de trabajo con facilidad.
“El ministro ha hecho una propuesta pero hay que dejar trabajar al diálogo social”
Vicepresidenta y Ministra de Trabajo
“Procede evitar medidas tendentes a incrementar la presión de la tributación empresarial ”
Patronal española