- José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de Pedro Sánchez, pretende recortar las pensiones de aquellos trabajadores pertenecientes a las generaciones del baby boom, los nacidos entre finales de los años 50 y los años 70, es decir, de todos aquellos trabajadores que hoy tengan más de cincuenta años. Escrivá lo admitió ayer al afirmar que el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional que sustituirá al factor de sostenibilidad producirá dicho recorte, aunque el ministro lo catalogó como “un ajuste moderado”, sobre la pensión de los pertenecientes a las generaciones de trabajadores más amplias del actual mercado laboral.

Sus declaraciones tuvieron un efecto nada habitual: sindicatos y empresarios coincidieron en señalar que la reforma de las pensiones no avanza en esa dirección y lo hicieron además tras firmar en el Ministerio el acuerdo. Según explicó Escrivá, en declaraciones a TVE, el texto pactado con los agentes sociales define en términos generales lo que es este mecanismo de equidad -que se deberá de concretar antes del 15 de noviembre- para introducirlo a través de una enmienda al proyecto de ley en la reforma de las pensiones que ha acordado con los agentes sociales y que se selló ayer con CEOE, Cepyme, CCOO y UGT. Como justificación del nuevo recorte, Escrivá señala que el problema de sostenibilidad de las pensiones está “muy concentrado coyunturalmente” en la generación de los nacidos entre finales de los años 50 -a partir del año 55, ya que los anteriores ya estarán jubilados cuando la reforma entre en vigor- y hasta los años 70, es decir todos aquellos trabajadores que en la actualidad tenga cincuenta o más años. Según Escrivá, el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional conlleva que los babyboomers asuman “algo del esfuerzo” que debe hacerse para moderar el gasto en pensiones durante un periodo concreto de tiempo. “Es un ajuste bastante moderado. No verán mermada su pensión, podrán elegir entre un ajuste pequeño en su pensión o alternativamente podrían trabajar algo más. Tenemos todavía que concretar los detalles”, explicó el ministro.

Escrivá indicó que en el acuerdo de pensiones el problema de la esperanza de vida se aborda procurando que la edad efectiva de jubilación se vaya acercando a la edad legal y también con el aumento gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años recogido en la reforma de 2011. Los cierto es que las declaraciones de Escrivá rompieron el clima de consenso que debía generar el acuerdo y horas después los agentes sociales salieron al paso. Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, criticaron la falta de prudencia del ministro al haber hecho este planteamiento en el día de la firma de la reforma y antes de haber arrancado las negociaciones para definir este mecanismo, que se empezará a aplicar en 2027.

Sordo afirmó que la apuesta de los sindicatos es que esas generaciones tengan pensiones “equivalentes a las que hoy en día estamos sufragando” y que se deberá aumentar el gasto para garantizar esta suficiencia. Álvarez incidió en que la postura de los sindicatos en las negociaciones “no va a ir por ahí” y tachó de “gran hipocresía” plantear “una división entre pensionistas futuros y actuales”.

“La definición del nuevo factor de sostenibilidad, en sustitución del actual, que ha quedado supeditada a una futura negociación, debe sustentarse en la equidad y la solidaridad intergeneracional evitando, en todo caso, que recaiga solo sobre algunas generaciones la sostenibilidad del sistema”, apostillaron la CEOE y Cepyme en un comunicado conjunto, añadiendo más tensión al diálogo.

“Es un ajuste bastante pequeño y podrán elegir bajar algo su pensión o trabajar algo más”

Ministro de Inclusión y Seguridad Social

“Las desafortunadas declaraciones del ministro no forman parte del acuerdo”

CEOE