Más de 20 años separan las dos fotos que ilustran la parte superior de esta página. A la izquierda una de las primeras imágenes de la sede de Euskaltel en Derio, en el Parque Tecnológico de Bizkaia. Junto a ella, una más reciente, con la actual marca corporativa, en la que el avión, que acaba de despegar del aeropuerto de Loiu, parece volar mucho más alto que el de la otra imagen por la posición desde la que está sacada la fotografía. Incluso el monte Artxanda gana tamaño al fondo por el efecto de la ubicación del fotógrafo.

Son dos instantáneas de distintas épocas de la historia de la compañía naranja en las que hasta los logotipos de las líneas aéreas reflejan los cambios que se han producido en todos los ámbitos durante ese tiempo. Iberia ha cedido protagonismo a compañías low cost, como Ryanair, en el aeropuerto bilbaíno. El monopolio de Telefónica ha dejado paso a un nuevo escenario de mayor competencia y fue precisamente Euskaltel una de las compañías que inició ese camino.

A punto de cumplir 26 años, puede decirse que el despegue se ha completado con éxito hasta el punto de que Euskaltel ha pasado de ampliar su mercado con la compra de la gallega R y la asturiana Telecable, a ser objeto de deseo de MásMóvil en su intento por competir con los grandes del sector: Movistar, Orange y Vodafone. De cazador a presa en poco más de seis años y, en medio, se ha lanzado a la expansión por el Estado con la marca Virgin Telco.

Se abre un nuevo escenario para la compañía vasca, que, salvo sorpresa, será absorbida vía OPA por otra empresa, también vasca en su origen y todavía hoy en su sede social, pero que, básicamente, puede considerarse un partner global, que desde Madrid intenta hacerse un hueco entre los grandes operadores de telecomunicaciones del Estado.

En el tablero hay una empresa, MásMóvil, dispuesta a pagar 2.00O millones de euros por otra. Una cifra que supone, millón arriba, millón abajo, su volumen de facturación anual, de modo que las agencias de calificación de rating ya han levantado la bandera amarilla porque la consecuencia será un incremento del nivel de endeudamiento.

El nuevo rumbo de la nueva compañía tiene algunas aristas que limar -entre ellas, el arraigo de Euskaltel a Euskadi, garantizado en principio para cinco años-, pero el visto bueno de los tres grandes accionistas Zegona, Kutxabank y Corporación Alba, garantiza el respaldo de la operación, sujeta con todo a que MásMóvil concentre el 75% de las acciones. En caso contrario, la operación naufragará.

Lo que está claro es que Euskaltel no es una empresa más. Además de abrir una brecha que ya no se ha podido cerrar en el nicho de mercado de Telefónica, siempre ha tenido el valor añadido de la pertenencia, el regusto identitario a Euskadi que, de alguna forma garantiza, un núcleo crítico de negocio.

Sus orígenes se remontan a 1995, cuando el Gobierno Vasco, con un 40%, y las tres cajas vascas -BBK, Kutxa y Caja Vital-, liderando un 60%, crean una teleco, todavía sin negocio, orientada impulsar la digitalización del sector público vasco.

En 1996, en uno de los flecos del apoyo del PNV a la investidura del popular José María Aznar, el proyecto logró la licencia para dar servicio a nivel particular, a hogares y empresas.

Dos años después, la compañía inicia el servicio de telefonía móvil y rompe el monopolio de Telefónica en Euskadi ganando una cuota de mercado muy relevante en un plazo muy corto de tiempo.

En aquellos años también se cambió el esquema accionarial, dando entrada a inversores no institucionales. Entraron en la compañía Iberdrola, Endesa y la Corporación Mondragón. A finales de 2012, la compañía sufrió otra revolución. Abandonaron la compañía el Gobierno Vasco, Endesa y Mondragón. Kutxabank -que ya concentraba las participaciones industriales de las tres antiguas cajas de ahorro- vendió una parte de sus acciones. Esa operación supuso la entrada en el capital de los fondos de inversión Triatlantic e Inverindustrial. Al mismo tiempo, se abrió un nuevo escenario, en el que la compañía entraba de lleno en el mercado, que en gran medida está marcado por las urgencias de rentabilidad de los inversores.

El siguiente hito fue la salida a Bolsa en julio de 2015. Toda una prueba de mayoría de edad que puso a Euskaltel en órbita, en el escaparate por ser una empresa rentable, pero también en disposición de tomar participaciones en compañías con menos resortes de crecimiento.

La compra de R y Telecable confirmó que el teleoperador de comunicaciones estaba en el mercado. Al mismo tiempo abrió la puerta de la compañía al fondo de inversión británico Zegona, que entró en el accionariado de la compañía vasca, en el canje de la operación de Telecable, de la que era propietario, y que ha rentabilizado sin duda su inversión.

Por el camino de más de un cuarto de siglo de historia, Euskaltel ha sellado alianzas con multinacionales como Orange o el gigante chino de las telecomunicaciones -que sigue siendo socio tecnológico-. Se ha transformado en un proveedor global de telecomunicaciones, sumando a su oferta televisión e internet.

Al tiempo que ha sacado brillo a la red de fibra óptica que puso en marcha y le vendió el Gobierno Vasco a Euskaltel. Es uno de los grandes activos de los que dispone la compañía vasca. El futuro se escribirá a partir de ahora y cambiará para siempre el camino de la bandera naranja de la economía vasca.

Préstamos. Kaixo Telecom, la filial del Grupo MásMóvil mediante la que ha presentado la opa sobre Euskaltel, ha solicitado autorización a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para adquirir el grupo vasco de telecomunicaciones. Previsiblemente también necesitará la autorización del Consejo de Ministros, debido a la normativa sobre movimientos de capitales y de las transacciones económicas con el exterior. El pago de la operación, que asciende a 1.995,46 millones de euros, será respaldado por BNP Paribas, que aporta 439 millones, y Banco Santander, Deutsche Bank, Barclays y Goldman Sachs, 389,1 millones cada uno.

79,4

El resultado neto de Euskaltel en el ejercicio 2020 alcanzó los 79,4 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 28%, sobre los 62 millones de euros registrados en 2019. Los ingresos del Grupo crecieron un 1,7% respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar una cifra récord de 697,1 millones de euros. El último cuarto de 2020 fue el quinto trimestre consecutivo de crecimiento en ingresos sobre el año anterior, y el mayor crecimiento de ingresos de la compañía en los últimos años.

71.000

En el año del lanzamiento de Virgin telco, el Grupo confirmó la evolución de su nueva marca, por encima de todas las expectativas en 2020, con más de 71.000 nuevos clientes en apenas 7 meses, superando en más de un 50% el objetivo previsto para fin de 2020.

823.000

El Grupo Euskaltel alcanzó el año pasado el récord de los 823.000 clientes en el mercado masivo, un 7% más que en 2019. El mercado de Empresas registró el mayor crecimiento de ingresos de su historia, aumentando en un 3,3% en 2020, y un 1,4% en su base de clientes, hasta alcanzar las 16.000 empresas clientes del Grupo.