- El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha mostrado a favor de aumentar la carga impositiva sobre aquellos que han salido beneficios de la crisis, al tiempo que ha recetado al Gobierno no proponer por el momento ninguna subida del IVA o de los conocidos como impuestos verdes por su impacto sobre la actividad económica.

En una rueda de prensa ayer, la jefa de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, explicó que es importante “elevar la capacidad de ingresos de la economía” para poder lidiar con las prioridades de gastos y para, más adelante, reducir el déficit y la deuda. Sin embargo, indicó que para algunas medidas es necesario encontrar el momento adecuado.

“Apoyamos algunas medidas, particularmente las dirigidas a los ahorros de los individuos de altos ingresos o algunas empresas muy rentables”, afirmó la técnica del FMI. “Es importante que estos ganadores contribuyan con la fiscalidad a financiar las medidas de estímulos, pero que también contribuyan a largo plazo a las necesidades estructurales de gasto”, añadió.

Sin embargo, alertó de que “claramente no es el momento” de plantear subidas del IVA, particularmente en aquellos segmentos que cuenten con tipos reducidos o estén bonificados. Pese a que esta es la “mayor base de ingresos” de las arcas públicas, cualquier cambio en este momento afectaría a la recuperación.

De hecho, en su informe anual sobre la economía española publicado ayer, el Fondo también asegura que una subida del IVA, o un incremento en los impuestos medioambientales, deberían esperar a que la recuperación esté bien encaminada y se acompañe de medidas para proteger a los más vulnerables. Según el FMI, estos incrementos podrían tener un “efecto desproporcionado” en la población de bajos ingresos.

Schaechter alertó de que “no sería beneficioso” modificar o eliminar las reformas laborales que se realizaron en el pasado, ya que ayudaron a incrementar la “competitividad” de España y a la creación de empleo tras la crisis. No obstante, reconoció que otros análisis han mostrado ciertas consecuencias de esas reformas, como un descenso en las horas trabajadas o un “incremento” en el número de trabajadores pobres.