- La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, negó ayer ante la Audiencia Nacional haber recibido en 2017 presiones de Luis de Guindos y Luis Linde que provocaran la compra del Banco Popular por parte de la entidad que ella dirige, aunque admitió que tanto el ministro de Economía por aquel entonces, como el presidente del Banco de España le hicieron llegar “su preocupación” sobre la situación de la entidad bancaria, adquirida finalmente, de manera simbólica, a cambio de un único euro. La banquera se escudó ante el juez del caso Popular, José Luis Calama, en su puesto de presidenta, al asegurar que fueron sus subalternos los que se encargaron de la adquisición, sin que ella tuviera nada que ver con la maniobra. En esta misma línea, aseguró que ella no intervino en el proceso de compra del 100% del capital del Popular.

Botín declaraba en calidad de testigo en relación a la causa en la que se investigan las presuntas irregularidades que llevaron a la resolución y posterior venta del Banco Popular a mediados de 2017. En ese marco, apuntó que ya en 2016 recibió una llamada del entonces presidente del Popular, Ángel Ron, ahora imputado en la causa, para preguntarle si estaba interesada en comprar el banco, pero en ese momento decidieron no hacerlo.

Posteriormente, ya en mayo de 2017, cuando acudieron al proceso de venta del Banco Popular, volvieron a valorar esa compra, pero tras analizar la documentación, la decisión no varió, tal y como recordó Botín. No obstante, quince días después, el 7 de junio de 2017, el Santander compró el Popular en situación límite. Asimismo, Botín explicó que cuando plantearon la compra de la entidad, comenzaron también a valorar lo que podrían recibir con la colocación de activos del Popular en el mercado especializado. La presidenta del Santander señaló ante el magistrado que analizaron que el Popular era solvente pero tenía falta de liquidez y unas provisiones por debajo del mercado.

Si bien Botín afirmó que no recibieron ningún tipo de presión para hacerse con la entidad, sí que recordó que habló con el entonces ministro de Economía y hoy vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. Este, además, de trasladarle su preocupación por las ruinosas cuentas del Popular, quería consultar su opinión sobre la situación y posibilidades de supervivencia de la entidad.

Previa a esta llamada, ya habían mantenido una reunión aprovechando que coincidieron a finales de mayo de 2017 en el Club Bilderberg, congreso anual al que asisten las 130 personalidades teóricamente más influyentes del mundo en términos económicos. Con todo, Botín incidió en que no recibió llamadas ni del que fuera presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Manuel Conthe, ni de la presidenta de la Junta Única de Resolución (organismo básico para la unión bancaria entre los Veintisiete), Elke König.

Sobre el papel que tuvo en el proceso, señaló que ella en esa época viajaba mucho y que no participó en las decisiones del Santander al respecto. En este sentido, descargó tanto en el que fuera presidente de Banco Santander España, Rodrigo Echenique, como en el secretario Jaime Pérez Renovales y el directivo José Luis Mora.