-La irrupción de las compañías petroleras en el mercado eléctrico a la vista de la futura electrificación de la economía no cesa y el último capítulo, por ahora, se ha escrito en el Estado español, en general, y en Euskal Herria, en particular, al decidir la portuguesa EDP vender a la francesa Total su negocio eléctrico en el Estado, incluida la central vasca de ciclo combinado a gas, con dos grupos, instalada en la localidad navarra de Castejón.
En concreto, EDP ha acordado la venta de ciclos combinados de generación eléctrica y una parte sustancial de su cartera comercial en el Estado español a la petrolera francesa Total por un importe de unos 515 millones de euros, sujeto a los ajustes de cierre de la transacción prevista para el segundo semestre de 2020, tras las pertinentes aprobaciones regulatorias, según el grupo energético luso.
En concreto, dicha operación incluye el traspaso a la gala Total de los dos grupos de ciclo combinado de Castejón, con 843 MW de potencia de generación eléctrica, que fueron puesto en marcha en 202 y 2008, respectivamente, así como el negocio comercial de B2C en España, con unos 1,2 millones de clientes en el denominado mercado libre, así como la participación de EDP del 50% en CHC Energía, la comercializadora que compartía con Cide. De esta manera, además de las dos centrales de ciclo combinado, la petrolera francesa se hace con una cartera de 2,5 millones de clientes B2C y se erige en el cuarto operador de gas y electricidad en España, tan solo por detrás de Endesa, Iberdrola y Naturgy, y por delante de Repsol.
Con estos números, Total pasará a contar con una cuota de mercado residencial del 12% en gas natural y del 6% en electricidad.
EDP, que como se recordará entró con fuerza en su día en el mercado eléctrico español a través de Hidrocantábrico y, posteriormente, en el vasco al hacerse con el control de Naturgas (hoy Nortegas), en 2003, en el proceso de privatización de las gasistas municipales de Euskadi, resaltó que la operación refuerza el perfil de bajo riesgo del grupo, contribuyendo a aumentar el peso de las actividades contratadas y reguladas a largo plazo en el resultado bruto de explotación (Ebitda), a acelerar el desapalancamiento financiero permitiendo así una ligera mejora de los beneficios previstos.
Tras este acuerdo, EDP mantendrá más del 95% del Ebitda de España, uno de sus mercados estratégicos, donde continuará invirtiendo en el área de energías renovables, redes, grandes clientes y nuevos productos downstream.