BILBAO - La ingeniería vasca Saitec y la compañía eléctrica alemana RWE pondrá en marcha el primer proyecto piloto de aerogenerador eólico marino sobre plataforma flotante de Euskadi en aguas del Mar Cantábrico frente a la costa de la localidad vizcaina de Armintza.

RWE, la segunda mayor compañía eléctrica de Alemania tras E.ON, ha cerrado un acuerdo con la empresa vasca Saitec Offshore Technologies -un spinoff de la compañía de ingeniería Saitec con sede en Leioa- para poner en marcha y probar de forma conjunta a partir del próximo año 2021 un proyecto piloto de plataforma flotante para colocar aerogeneradores en el mar en la costa vasca frente a Armintza aprovechando las instalaciones vascas de experimentación marina de Bimep.

El proyecto piloto constará de un aerogenerador de 2 Mw sobre una plataforma de 30 metros por 64 metros basada en la tecnología Satch desarrollada por Saitec. La citada plataforma de hormigón DemoSATH está previsto que comience a funcionar en otoño de 2021.

El desarrollo de las plataformas flotantes es vital para que la energía eólica marina pueda seguir creciendo en el mundo. Como se recordará el mayor desarrollo de la energía eólica en el mar se está produciendo en el norte de Europa pues tanto el Mar del Norte como el Mar Báltico tiene una profundidad media relativamente pequeña, en el caso del Báltico estamos hablando de unos 50-55 metros, una distancia que permite anclar los molinos de viento al lecho marino.

El problema es que hay otras costas, por ejemplo las del mar Cantábrico en el que la plataforma continental es muy limitada y donde a poca distancia de la costa la profundidad se dispara a varios cientos de metros, lo que imposibilita anclar los aerogeneradores.

Por ello se han puesto en marcha varias iniciativas para desarrollar una tecnología que permita instalar los molinos de viento que, como se recordará en el mar alcanzan ya potencias de entre 8 y 10 Mw lo que implicas equipos con el buje situado a unos 100 metros de altura y cuyas palas alcanzan en su punto más alto casi 200 metros.

Así, RWE, una empresa que ha decidido volcarse en las energías renovables tras renunciar a instalar centrales térmicas, y la división de tecnologías en el mar de Saitec han iniciado un proceso de colaboración para reducir los costes de los parques eólicos en el mar en aguas profundas.

El proyecto piloto, que se llama DemoSATH, se basa en la tecnología flotante en hormigón desarrollado por Saitec y denominada SATH, compuesta por dos cascos unidos a un único punto con un rodamiento lo que permite a la plataforma girar alrededor de este punto. Este modelo, según sus promotores, ha sido probado a escala en las instalaciones de ensayo de Ifremer en Brest (Francia) y es autoestable, tiene unos costes competitivos y se puede producir con proveedores locales allá donde se vaya a instalar.

La consejera delegada de la filial de renovables de RWE Anja-Isabel Dotzenrath, afirmó que con ella "vemos un gran potencial para parques eólicos flotantes en todo el mundo. Especialmente en países con aguas costeras profundas". Por su parte, el director de operaciones de Saitec Offshore Technologies, Luis González-Pinto, resaltó que "las posibilidades de SATH de reducir los costes de las instalaciones de energía eólica flotantes son inmensas".

DemoSATH será el segundo proyecto de Saitec Offshore en aguas abiertas para el que también proporciona diseño y gestión durante todo el ciclo de vida del desarrollo. La compañía vasca también gestiona la operación, el mantenimiento y el tratamiento de los datos durante la fase de prueba. La tecnología flotante SATH cuenta con una estructura semisumergible de hormigón pretensado y con un único punto de amarre, con el que se consigue reducir los costes de construcción y mantenimiento.

Plataforma flotante

Hormigón. La tecnología SATH se basa en el empleo de un casco doble simétrico fabricado en hormigón pretensado anclado al fondo marino por un único punto dotado de un rodamiento, permitiendo a la plataforma rotar encarando el viento. La principal ventaja de esta solución es su competitividad tanto en coste de fabricación como en instalación y operación. El coste de fabricación es menor que las plataformas flotantes normales debido a la reducción de coste producida por el empleo del hormigón pretensado en forma de casco frente a otras soluciones en acero o en hormigón en bloque. La instalación es optimizada debido al escaso calado y la estabilidad a lo largo de todo el transporte, así como a la sencillez de conexión en un solo punto, una solución plug & play. Finalmente, el coste de operación baja por la mayor durabilidad del hormigón en ambiente marino frente al acero.