donostia - Una de las novedades que trae el nuevo año 2020 en el ámbito de la investigación aplicada a la empresa es la disolución de la alianza tecnológica vasca IK4 que, tras catorce años de recorrido, se integra en el nuevo consorcio científico tecnológico BRTA impulsado por el Gobierno Vasco. Su desaparición no significa generar un vacío de conocimiento, puesto que los seis centros que hasta ahora integraban la alianza mantendrán el trabajo compartido con sus clientes además de contribuir al desarrollo tecnológico que requiere una economía global cada vez más exigente.

Los principales responsables de IK4 Research Alliance, su presidente Jesús María Iriondo y su director José Miguel Erdozain, valoran el recorrido realizado y auguran una nueva etapa prometedora dado que el consorcio BRTA, con unas mayores dimensiones y capacidades, “dinamizará la mejora del impacto de la actividad de los centros” tecnológicos, en opinión de Iriondo. Erdozain se muestra de acuerdo con esta idea, y añade que BRTA “está llamado a ser el punto de referencia a nivel internacional y de tecnología del País Vasco”.

Cuando se presentó el Basque Research and Technology Alliance BRTA muchas miradas se dirigieron hacia IK4 para conocer su posicionamiento frente a una iniciativa que entraba en fuerte competición con la idea impulsada desde sus inicios. Lejos de manifestar malestar, la alianza tecnológica colaboró de manera activa en su consolidación desde el primer momento.

“Dados los retos sociales e internacionales, el BRTA es el espacio llamado a impulsar la mejora de la eficiencia de los centros tecnológicos, aportar visibilidad a las empresas y la sociedad, facilitar la transferencia tecnológica a las empresas y colaborar con la administración pública”, señala Iriondo para explicar la actitud de IK4, cuyos seis centros se han integrado en el consorcio vasco.

Por su parte, Erdozain añade que “en el momento en que existe otra entidad más global y capaz de aportar lo que IK4 ha hecho, hay que apostar por su desarrollo y hacer que sea un éxito”. Según detalla, la principal aportación de la alianza ahora desaparecida ha sido proponer y demostrar que es factible un modelo de centro tecnológico muy cercano a la empresa, es decir, aplicar la investigación a la práctica y lograr ser un aliado en el desarrollo competitivo del tejido productivo del país. Además, ambos dirigentes coinciden en afirmar que el bagaje adquirido por IK4 Research Alliance durante estos casi tres lustros no caerá en saco roto, sino que muy al contrario se incorporará al nuevo consorcio donde los seis centros tecnológicos de la alianza mantendrán su forma de trabajar con los clientes.

Así, Jesús María Iriondo se muestra convencido de que la nueva iniciativa impulsada por Lakua tendrá muy presente características de IK4 como “constituir un espacio estable de colaboración entre los centros tecnológicos e impulsar la colaboración con otros agentes”.

A este respecto, recuerda que la alianza “ha sido reconocida como interlocutor cualificado” con las administraciones públicas en los procesos de definición de políticas relacionadas con la investigación tecnológica. En el ámbito empresarial, destaca que IK4 siempre ha acompañado a las compañías “en el impulso de grandes proyectos”.

‘partner’ tecnológico Ambos espacios, el empresarial y el social, han estado presentes en la actividad de esta alianza compuesta por Azterlan, Ceit, Ideko, Ikerlan, Lortek y Tekniker que han hecho bandera del diálogo constante con las empresas como método para conocer mejor sus necesidades e incluso adelantarse a ellas.

Erdozain indica a este respecto que “hemos pasado de desarrollar proyectos de I+D a ser partners tecnológicos” del tejido empresarial, fundamentalmente vasco. Una actitud que confía en poder imprimir al nuevo consorcio BRTA de tal modo que se convierta en un instrumento útil para “conseguir que las empresas compitan en los mercados que quieran”, avanza el director de IK4 Research Alliance.

El nuevo 2020 será el año de la disolución de una alianza tecnológica que emplea a más de un millar de personas, de las que 308 tienen el doctorado y que, según apuntan los planes, mantendrán sus puestos de trabajo.

IK4 factura en torno a los 95 millones de euros con una actividad que se focaliza en el sector privado, dado que más de la mitad de los ingresos proceden de proyectos de este ámbito. Un cuarto de su facturación llega de las ayudas y programas impulsores de la investigación que convoca el Gobierno Vasco, mientras que aproximadamente el 17% corresponden a la Unión Europea.

Como resumen, Iriondo apunta a que “hemos aportado nuestro granito de arena para la mejora de la economía vasca, contribuyendo a la mejora de la sociedad a través del desarrollo y la colaboración científico-tecnológica-empresarial”.

Constitución. Creada en 2005, la alianza tecnológica ha mantenido durante su trayectoria una estrategia común entre los centros que la integran que genera sinergias para ofrecer respuestas integrales a empresas de numerosos sectores.

Evolución. Si bien en su inicio esta alianza estaba conformada por cinco centros tecnológicos, llegó a agrupar a nueve. Actualmente la integran seis firmas investigadoras, después de que en 2018 salieran Vicomtech y Cidetec, y que este mismo año se haya desvinculado Gaiker.

Centros tecnológicos

Azterlan

CEIT

Ideko

Ikerlan

Lortek

Tekniker