bilbao - Los accionistas de Kutxabank, las tres antiguas cajas de ahorro vascas, renovaron ayer su confianza en la gestión de Gregorio Villalabeitia con su reelección como presidente del banco. Tras un primer mandato en el que la entidad financiera ha duplicado sus beneficios y los indicadores de rentabilidad, Villalabeitia afronta un nuevo ciclo, técnicamente de otros cuatro años, para reforzar el proyecto en un contexto, en principio, diferente en lo relativo a los tipos de interés.
A pesar de la larga trayectoria de BBK, Kutxa y Caja Vital, el banco se remonta a 2012 y ha crecido en un entorno financiero desfavorable por la política monetaria de tipos negativos y por la necesidad de adaptarse a las exigencias regulatorias. Villabeitia, que tomó las riendas de Kutxabank en noviembre de 2014, y su equipo directivo han liderado la entidad durante el proceso de consolidación y, si se analizan los números, han preparado las bases para el crecimiento en el futuro.
Gregorio Villalabeitia ya había mostrado hace unas semanas su disposición a seguir al frente del banco y todo indicaba que los propietarios estaban en sintonía. Esa expectativa se materializó ayer primero con la aprobación en la junta de accionistas y más tarde con la ratificación por parte del consejo de administración.
En los últimos tres años, las tres antiguas cajas de ahorro han recibido 382 millones de euros como dividendo para su obra social. El banco ha repartido la mitad de los beneficios entre sus propietarios cada ejercicio y, salvo sorpresa, este año se registrará el mayor volumen.
Una de las claves de los resultados de Kutxabank ha sido el impulso comercial en la actividad del banco. En un escenario caracterizado por un gran dinamismo del consumo en los hogares y las empresas, en los últimos cuatro años se ha registrado un notable crecimiento en todas las áreas de negocio. Los créditos al consumo, las hipotecas, los fondos de inversión y la contratación de seguros han aumentado constantemente. Además, en el capítulo empresarial, las diferentes líneas de financiación han avanzado intensamente siguiendo el ritmo de la recuperación. Otra de las columnas de la gestión del equipo de Villalabeitia ha sido la mejora de la eficiencia, que está hoy cuatro puntos por encima del nivel de hace cuatro años.
El desarrollo de los canales por Internet y telefonía móvil han ocupado gran parte de los esfuerzos del banco. Cada vez hay mayor actividad digital y casi el 40% de los clientes de Kutxabank se relacionan casi exclusivamente online con el banco. Esa nueva realidad digital ha permitido el cierre de algunas oficinas que la entidad consideraba prescindibles. También se ha procedido a un relevo generacional a través de jubilaciones, prejubilaciones y bajas incentivadas y la plantilla se ha reducido en casi un millar de personas desde finales de 2014. Sin embargo, se ha contratado a cerca de 250 nuevos empleados con perfiles más ajustados al escenario actual. Se trata de matemáticos, ingenieros o informáticos. Nuevas figuras laborales bancarias que toman el relevo de los tradicionales perfiles comerciales.
Kutxabank es en estos momentos el líder en solvencia del sector financiero estatal y ha reducido su morosidad en seis puntos desde la llegada de Villalabeitia al banco.
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Kutxabank ha repartido los últimos tres años más de 380 millones de euros entre sus accionistas. Con ese dividendo, las fundaciones bancarias vascas -BBK, Kutxa y Vital Kutxa- han financiado su obra social. El banco destina cada año el 50% de sus beneficios a dividendo.