En vísperas de la celebración del primero de mayo, el desempleo sigue siendo la principal asignatura pendiente para la sociedad en general y para los millones de mujeres y hombres que lo sufren. Recordemos este principio elemental porque las cifras aportadas por la última Encuesta de Población Activa (EPA), dada a conocer por el INE, vienen a constatar cómo los datos macroeconómicos y las magnitudes económicas reales no son de la misma naturaleza y distan mucho de poder asociarse entre sí.
Cuando los políticos gobernantes señalan y destacan el crecimiento de la economía en base al Producto Interior Bruto (PIB) se pretende crear un ambiente esperanzador. Se trata de una dimensión conceptual ficticia e incluso paradójica, como bien queda de manifiesto cuando las estadísticas desacreditan ese marco mental elaborado e interpretado a base de datos propagandísticos.
Por decirlo en otros términos, mientras se pronostica que el PIB puede crecer a cotas del 3,2% este año en curso, el mercado laboral ha decepcionado en el primer trimestre al registrar un aumento del paro, una destrucción de empleo y un descenso en la población activa. Y todo ello se ha producido a pesar de que la Semana Santa ha caído en marzo, que suele ser un buen periodo para la contratación laboral, como lo demuestra el dato facilitado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) que señalaba un descenso del paro en el citado mes.
Claro que este último dato corresponde al paro registrado el último día del mes, mientras que las cifras de la EPA son el resultado de una encuesta que se elabora durante 13 semanas y se parece más a lo que sucede a mitad de trimestre que al final.
Los números son claros. En los tres primeros meses del presente año se han destruido un total de 124.100 empleos en España, se trata de la cifra más alta desde 2014, que podrían haber sido más si no fuera por la creación de 31.000 empleos en el sector público. En el País Vasco, se han destruido 2.600 empleos en ese mismo periodo. Cierto es que, a pesar de la decepción, el mercado laboral conserva una tendencia positiva de fondo. Concretamente, en los últimos 12 meses se han creado 435.900 empleos que han situado el nivel total en 18,87 millones, mientras que en el País Vasco, el crecimiento del empleo se cifra en 18.900 puestos de trabajo más hasta alcanzar un total de 913.300 empleos.
Población activa Ahora bien, si se quiere que el análisis no quede confinado en esta simple constatación contable y arrojar algo de luz sobre lo que nos está pasando en estos momentos, se impone poner el foco en el epígrafe de población activa. Es decir, en el número de personas entre 16 y 65 años que tienen o buscan trabajo. Es aquí donde llega una nueva decepción, habida cuenta que ha descendido en 95.000 personas en el Estado. Una cifra que, en el mercado laboral vasco se limita a 700 personas.
A efectos de no incurrir en este error de perspectiva y poner cada cosa en su sitio, bastará con recordar que esta reducción de la población activa no es nueva. El mercado laboral español lleva años menguando. Ni los cuatro años largos de recuperación del empleo a un ritmo alto han cambiado el signo que se mantiene en los últimos seis años y que ha llevado a España a tener una población activa de 22,67 millones de personas en edad y disposición de trabajar. Este dato, por sí solo, proyecta una seria preocupación, ya que limita las posibilidades de recuperación de la economía.
Pensiones Por otra parte, también añade incertidumbre al futuro, en especial al de las pensiones, porque mientras aumenta el número de pensionistas y la cuantía de sus pensiones (así como su esperanza de vida), desciende el número de personas activas y, por primera vez, España contabiliza más de 16 millones de inactivos entre los mayores de 16 años de edad. A esta situación hay que añadir la precariedad en el trabajo y los salarios bajos que puede favorecer la contratación de los jóvenes y los desempleados más vulnerables, pero no ayuda a reducir el creciente déficit de la Seguridad Social.
Resumiendo, da la impresión de que los vientos de cola se están agotando. Sin duda llegarán nuevos trimestres con datos positivos. Pero el que hemos conocido la pasada semana debiera hacer reflexionar a quienes tienen la responsabilidad de favorecer la creación de empleo.