BILBAO - La reunión entre los presidentes de Siemens, Joe Kaeser, e Iberdrola, Ignacio Galán, ayer en Madrid para intentar acercar posturas entre los dos socios principales de Gamesa concluyó sin acuerdo.

El representante de la compañía de ingeniería alemana se trasladó posteriormente a Euskadi, acompañada de Rosa García, la presidenta de Siemens España, para explicar la situación al lehendakari Iñigo Urkullu y a la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia. El presidente y consejero delegado de Siemens AG trasladó al lehendakari, Iñigo Urkullu, su compromiso de permanecer y mantener en el País Vasco los proyectos que se desarrollan en Zamudio, a través de Siemens Gamesa, y en Zumaia, a través de Siemens Engine Busines (SEB).

La visita de Kaeser se enmarca en un contexto complejo ante el temor en Euskadi que lo que se vendió como una fusión entre dos compañías líderes en el sector eólico no acabe siendo una mera operación de control por parte de Siemens AG, titular del 59%, de la nueva Siemens Gamesa.

La amplia mayoría de personas cercanas a la empresa alemana en la cúpula de Siemens Gamesa y la salida de los principales directivos de Gamesa han levantado temores en Euskadi de que la compañía vasca se convierta a medio plazo en una mera filial de Siemens.

De ser así, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se vería ante el dilema de intervenir porque una de las razones para que la compañía alemana se viese libre de lanzar una OPA sobre el 100% de Gamesa fue la argumentación de que no era una mera toma de control de la compañía vasca por la división eólica de Siemens. Iberdrola argumenta que la gestión que realizan la compañía alemana en Gamesa es la que realizaría en una filial.

La realidad muestra que Siemens ha copado los dos máximos cargos de Siemens Gamesa, los puestos de presidente y consejero delegado, pese a que se le propuso en la operación que el anterior máximo responsable de Gamesa, Ignacio Martin, siguiese como presidente, opción rechazada por la parte germana.

Posteriormente, la supuesta fusión entre iguales se ha demostrado que no es tal durante el proceso de ajuste laboral presentado pues mientras en España se cierran plantas y se reduce la plantilla, los trabajadores de la división eólica de Siemens, tienen un blindaje de tres años de sus puestos de trabajo en Alemania.

Todo ello, junto con la presentación de dos profit warning y la entrada en pérdidas, han preocupado a Iberdrola, titular de 8% del capital, que considera que no se están cumpliendo los acuerdos o, por lo menos, el espíritu de los mismos. El enfrentamiento llegó a la junta de accionistas de Siemens Gamesa.

De hecho, los dos puntos propuestos por Iberdrola a la junta para afianzar el centro de decisión en el Estado español y las mejores prácticas de gestión para evitar que la compañía alemana fuese juez y parte en la toma de decisiones, fueron rechazadas por la asamblea. Lo curioso es que mientras los directivos de la eólica hacían gala de la españolidad de la compañía votaron en contra de afianzarla y en el otro punto no dudaron el usar el rodillo de su mayoría para votar en contra de los minoritarios.

Iberdrola. La eléctrica estudia pedir a la CNMV que obligue a Siemens a cumplir con el compromiso de la finalidad industrial de la fusión con Gamesa, que permitió a la alemana no lanzar una OPA.

El CEO de Siemens AG, Joe Kaeser afirmó que “entiendo la decepción de Iberdrola. Es comprensible que algunos accionistas no hayan estado contentos”.