MADRID. En un coche azul ha recorrido los escasos metros que separan su domicilio en la calle Don Ramón de la Cruz y su despacho en la calle Castello. Sonriente, con un traje gris y camisa blanca, el exministro ha tenido que escuchar en este recorrido diversos insultos de transeúntes como "hijo de puta" o "cabrón" y "ladrón".
Rato, que no está detenido, ha entrado decidido en el lugar sin hacer declaraciones a los medios. De hecho al ser preguntado por los numerosos periodistas destacados en la zona, Rato ha respondido diciendo que no puede hacer declaraciones.
Aunque las ventanas del despacho situado en un semisótano han sido tapadas con cartones por los agentes Aduanas, por los resquicios se ha podido ver a Rato sentado en una silla y consultando documentación.
Los agentes de Aduanas dependientes de la Agencia Tributaria están registrando el despacho de Rato desde en torno a las 20 horas de ayer jueves y han permanecido allí, según los vecinos, toda la noche.