a coruña. La presidenta de la Fundación Paideia y cofundadora de Inditex, Rosalía Mera, fallecida el jueves tras un derrame cerebral, fue despedida ayer en la parroquia coruñesa de Santa Eulalia de Liáns, en Oleiros, por el que fue su marido, el fundador de Inditex, Amancio Ortega, y la hija de ambos, Sandra Ortega, rota de dolor.
En una breve ceremonia de poco más de veinte minutos, celebrada en el cementerio, el párroco José Carlos Alonso deseó más que nunca tener el don de la oratoria y por ello echó mano de las palabras del papa Francisco, que el pasado 21 de junio, en su reflexión al oficiar la misa diaria, acertó con una frase: "Nunca vi un camión de mudanza detrás de un cortejo fúnebre".
Con ella, como recordó este cura gallego, el Santo Padre se refería a la acumulación de riqueza material en la tierra, que jamás es lo importante, y por ello Rosalía Mera, considerada por la revista Forbes la mujer más rica de España, es, por encima de todo, "la madre y abuela coraje que luchó por los suyos" y la mujer que "nunca olvidó sus orígenes humildes".
La persona, prosiguió, "coherente con sus principios", que "siempre dijo lo que pensaba aunque no fuese políticamente correcto" y que tenía una "gran conciencia social", como prueba su labor por todos aquellos que sufren alguna discapacidad, como su hijo Marcos, hermano de Sandra, e hijo de Amancio Ortega. El sacerdote aludió igualmente en la homilía a la complexión de la fallecida y ha indicado que "era una mujer menuda, pero menuda mujer era", en el transcurso de un emotivo acto en el que se rezó un padrenuestro y el grupo musical Luar na Lubre interpretó hasta en dos ocasiones la solemne marcha del antiguo Reino de Galicia y el conocido tema Piensa en mí de la cantante Luz Casal, que se encontraba entre los asistentes.
Amancio Ortega siguió el sepelio acompañado por algunos de sus parientes, así como por el presidente de Inditex, Pablo Isla, desde un lateral del camposanto, a escasos metros de su hija Sandra, que llegó con su marido Pablo Gómez.
Con un vestido negro y gafas oscuras, Sandra Ortega Mera, hasta ahora alejada de los focos y con una vida tranquila y familiar, se retiró cinco minutos antes de las doce del mediodía, tras atender a todos aquellos que quisieron mostrarle sus condolencias en estos difíciles momentos. "Con todo cariño a una mujer excepcional", "para unha muller boa e xenerosa" (para una mujer buena y generosa, parafraseando la letra del himno gallego) y "Mujer Siglo XXI" son algunas de las leyendas en los ramos que le dedicaron. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dedicó unas palabras también a la familia de Mera: "Le pido a su familia, especialmente a su hija, que continúe con el compromiso social de su madre", apuntó, para después añadir que "no es fácil en las condiciones de éxito económico y empresarial que tuvo (Mera) seguir siendo ella hasta el final".