AliExpress, Shein o Temu son algunas de las plataformas chinas más populares por la venta de productos online a precios muy bajos; con un solo clic, se pueden adquirir objetos de todo tipo fabricados a millones de kilómetros, pero con un coste humano y ambiental tan elevado como desconocido.

En el caso concreto de Shein, bajo esa apariencia de chollo hay un modelo de producción basado en la velocidad, el bajo coste y la deslocalización masiva que encubre la inhumana situación laboral que viven millones de personas, un problema a menudo invisible a ojos del consumidor.

"Según varios estudios, la esclavitud moderna forma parte del modelo de negocio de algunas empresas internacionales", explica Iu Tusell, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Trabajadoras en un taller textil de Asia.

Factores de riesgo

El experto añade que "aunque el sector textil no puede definirse como una industria fundamentada en la esclavitud moderna, sí presenta factores que incrementan el riesgo de explotación laboral extrema. Las largas cadenas de suministro, la falta de regulación internacional y la subcontratación masiva facilitan la vulneración sistemática de los derechos laborales".

Según Public Eye, la jornada de un trabajador de Shein puede ser de hasta 75 horas semanales, sin respeto a la legislación laboral y sin garantías de seguridad. Distintos informes alertan además de la presencia de menores en las cadenas de montaje, extremo difícil de verificar por la falta de transparencia.

Explotación infantil

Según UNICEF, 160 millones de niños de todo el mundo trabajan y 79 millones lo hacen en empleos peligrosos. Tusell señala que esta forma de explotación, una de las más crueles, es a la vez una de las más provechosas para las empresas: "El salario de un niño representa un tercio del de un adulto que realiza la misma tarea".

Tusell añade que "este tipo de explotación perpetúa el círculo de pobreza e impide el desarrollo social de las comunidades afectadas". Se estima que en Bangladés, 1,7 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años trabajan en talleres textiles subcontratados durante largas jornadas en entornos insalubres y sin acceso a educación ni a unas condiciones mínimas de seguridad.

El fenómeno de la moda rápida lleva a un consumo de ropa compulsivo.

Huella ambiental

El informe A new textiles economy, de la Fundación Ellen MacArthur, señala que la producción textil generó en 2015 unas emisiones de 1.200 millones de toneladas de dióxido de carbono y es importante el dato de que, desde el año 2000, debido al fenómeno de la moda rápida, la producción se ha duplicado.

Carmen Pacheco Bernal, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, señala que este modelo fomenta hábitos de consumo poco sostenibles y en ello tienen mucho que ver las redes sociales.

"Prácticas como los hauls —vídeos o publicaciones en los que una persona muestra y comenta sus últimas compras ante sus seguidores— o los unboxings —contenido en el que se desempaqueta un producto adquirido recientemente, generalmente en línea, y en el que se muestra tanto su presentación como la reacción de la persona— contribuyen a banalizar el consumo excesivo y a desvincular el acto de comprar de cualquier reflexión sobre su impacto ambiental o social", explica Pacheco Bernal.

Regulación

Cada vez más gobiernos y organizaciones internacionales buscan formas de regulación; EEUU, por ejemplo, estudia suprimir la exención arancelaria que permite a empresas como Shein esquivar tarifas aduaneras. Sin embargo, Carlos Méndez, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, pide prudencia a la hora de atribuir a los aranceles un papel efectivo como herramienta de regulación ética.

Pacheco Bernal señala que para que se produzca un cambio real hay que concienciar al consumidor, poniendo el foco en los más jóvenes, sobre las repercusiones sociales y ambientales asociadas a estos actos de compra. Considera que la implicación de todos los agentes (gobiernos, empresas y ciudadanos) es clave para romper el círculo de la moda barata y sus consecuencias invisibles.