Las negociaciones entre el Gobierno griego y la troika de acreedores internacionales sobre la reforma laboral llegó ayer a un punto de bloqueo total, según informaron fuentes del Ejecutivo. "La situación está completamente bloqueada", explicó una fuente del Ministerio de Trabajo, en relación a los contactos entre ese departamento y los representantes de la Troika. Esta plantea recortar la indemnización por despido, reducir de seis a tres meses el plazo para comunicarlo, acabar con los aumentos salariales por antigüedad e imponer la semana laboral de seis días. Según los medios griegos, el Gobierno estaría dispuesto a aceptar esta última propuesta para los funcionarios, pero siempre que sea voluntaria y que no se excedan las 40 horas a la semana.