ATENAS. El gobierno de Samarás concede una gran importancia a esta primera visita de Merkel a Grecia como canciller, ya que las relaciones entre ambos países se han resentido enormemente desde que se iniciase la crisis de deuda helena en 2010.

La protección se extremará especialmente en torno al Parlamento, la mansión Máximo -en la que Merkel se reunirá con Samarás-, y el Palacio Presidencial, donde la canciller alemana se entrevistará con el presidente de la República, Karolos Papulias.

Los agentes vigilarán también los entornos de la embajada alemana y de las representaciones en Grecia de empresas e instituciones germanas.

La líder democristiana alemana tiene previsto reunirse con empresarios griegos y con el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, uno de los socios del gobierno de Samarás.

Pero su agente no incluye un encuentro con Alexis Tsipras, de la coalición de izquierda radical Syriza, la principal fuerza de la oposición, ya que éste ha llamado a la participación en las protestas contra Merkel.

Para Syriza, la visita de Merkel no es sino "una evidencia más de la sumisión del gobierno a los banqueros y al capital".

"Es nefasto que Tsipras no se dé cuenta de que insultando a la canciller alemana en estos momentos críticos, está causando un gran daño a los intereses del país", respondió el ministro portavoz del gobierno griego, Simos Kedikoglu.

Unos 6.000 policías serán desplegados en el centro de Atenas y, a partir del mediodía, numerosas zonas por las que transitará Merkel estarán cerradas al tráfico y al tránsito de los ciudadanos, además de varias céntricas estaciones de metro.

Además de proteger a la importante visitante, el objetivo de estas medidas es también dificultar el acceso de los manifestantes a las protestas convocadas.

Los principales sindicatos del país han llamado a un paro de tres horas y a una manifestación a las 10.00 GMT en la Plaza Syntagma, mientras que el Partido Comunista ha convocado a sus seguidores en la Plaza Omonia, y el nacionalista Griegos Independientes rodeará "de forma simbólica" la embajada alemana.

Samarás, quien ya el viernes avisó de que no permitirá que "Grecia se suma en la anarquía" y criticó duramente a "aquellos que no entienden el significado de la ley y el orden", pretende evitar durante la visita de Merkel disturbios similares a los registrados durante la huelga general del pasado 26 de septiembre.

También el jueves se produjeron disturbios durante la ocupación del Ministerio de Defensa por parte de obreros de astilleros.

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha asegurado que el viaje de mañana de Merkel a Atenas es un "acto de reconocimiento para el gobierno griego".

Sin embargo, el titular germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha advertido de que la visita de Merkel no conlleva concesiones, prolongación de plazos, ni nuevas ayudas financieras para Grecia.

Ha subrayado además que el pago del próximo plazo para el rescate de Grecia depende del informe de la troika que debe hacerse público este mes.

"De eso se trata, el resto no es mas que un poco de fantasía", dijo anoche Schäuble ante las cámaras de la emisora pública de televisión ZDF al insistir en que el futuro de Grecia depende del informe del trío formado por expertos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Actualmente, el gobierno griego negocia con la troika la adopción de un nuevo paquete de medidas de ahorro por valor de 13.500 millones de euros, del que depende el visto bueno de los socios europeos a la concesión de un nuevo tramo del préstamo acordado con Grecia la pasada primavera.

El sábado, el ministro de Finanzas heleno, Yannis Sturnaras, reconoció que hay "divergencias en ciertos asuntos", por lo que aún se deberán prolongar las negociaciones durante esta semana y la siguiente, aunque se espera que Grecia y la troika lleguen con un acuerdo a la cumbre europea del próximo día 18.