Bruselas. Los gobiernos de los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea (UE) y el Parlamento Europeo llegaron ayer a un acuerdo sobre el presupuesto para 2012, en el que prima la austeridad, tal y como exigieron los países europeos.
En concreto, los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) y la Eurocámara aprobaron por unanimidad un proyecto de presupuesto que limita los créditos de pago a 129.088 millones de euros, lo que supone un aumento del 2% comparado con las cuentas de 2011, lo que supone la congelación del presupuesto en términos reales al ajustarse a la inflación prevista, anunció el subsecretario de Estado de Finanzas de Polonia, Jacek Dominik.
Este tope fue exigido por los países miembros de la UE en el contexto de los programas de austeridad en sus propios presupuestos, en lo que supone una clara derrota del Parlamento Europeo, que pidió un aumento del 5,2%, llegando a unos créditos de pago de 133.139 millones de euros.
El borrador del presupuesto consensuado representa solo el 0,98% del Producto Interior Bruto de la UE.
En la partida de compromisos, los países y el Parlamento acordaron un importe de 147.232 millones de euros, unos 500 millones de euros menos de lo que pidieron la Comisión Europea y la Eurocámara y unos 990 millones de euros más de lo que querían los Veintisiete.
El texto será aprobado en el próximo Ecofin del día 30.
La tarea no se presentó fácil en el proceso de mediación que se inició la mañana del viernes entre los Veintisiete y un número equivalente de miembros de la Eurocámara y que concluyó este sábado, pues las posiciones entre ambas partes eran muy distantes tanto en la partida de compromisos como en la de pagos.
Las negociaciones se produjeron en medio de una extrema presión y a contrarreloj, dado que la fase de mediación, que dura 21 días, iba a acabar el lunes y, si no hubiera habido acuerdo, la Comisión tendría que haber presentado otra propuesta. "Esta ha sido la primera negociación exitosa bajo el procedimiento de la mediación establecida bajo el Tratado de Lisboa", afirmó Dominik.
En 2010 los países miembros y el Parlamento no llegaron a un consenso y la Comisión tuvo que elaborar un nuevo borrador.
El problema este año era que las posiciones estaban muy alejadas porque, mientras los Veintisiete insistían en la austeridad, la Eurocámara había aumentado en el trámite parlamentario considerablemente la partida de pagos.
El Ecofin ya recortó en julio el presupuesto presentado por la Comisión, que quería 147.763 millones de euros en créditos de compromiso y 132.669 millones de euros en créditos de pago -aquellos que se abonarán el próximo año- y ello significaba un incremento del 3,9 y del 4,9%, respectivamente, en relación a 2011.
Los Estados miembros habían presentado un presupuesto que contemplaba compromisos de 146.245 millones de euros, un 2,9% más, y pagos de 129.088 millones, un 2% más. Frente a esto, el Parlamento había acercado el presupuesto más a los niveles defendidos por la CE (+3,9%) en cuanto a los compromisos, pero había subido considerablemente la parte de pagos (+5,2 ).
Ese aumento correspondía sobre todo a la preocupación de la Eurocámara por fomentar la competitividad con el fin de impulsar el crecimiento y el empleo, incrementar las ayudas para los territorios palestinos y aumentar los fondos para el sector agrícola.
Los ministros también aprobaron una enmienda de la CE al presupuesto de 2011 para cubrir gastos pendientes por 200 millones de euros. Además, el Ecofin acordó incluir una declaración conjunta en la que los países garantizan los pagos necesarios que se deberían hacer.