BILBAO. La fusión de las tres cajas vascas ha vuelto a coger impulso aunque, por ahora, con baja intensidad. El anuncio de la alianza de BBK y Vital abrió timidamente una puerta el año pasado a recuperar el proyecto a tres, un camino que no se ha explorado todavía a nivel financiero pero que cuenta con apoyos desde el ámbito político.
El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, aseguró ayer que "es el momento adecuado" para abordar una fusión global que incluya a Kutxa. De forma implícita, Ortuzar reconoció la veracidad de informaciones periodísticas que apuntan a que los jeltzales están dando los primeros pasos para activar el proceso.
Sin entrar al detalle, el líder jeltzale vinculó cualquier movimiento en ese ámbito a la reestructuración general del sector financiero en el Estado. Si, como siempre ha defendido el PNV, "antes era necesaria la fusión, ahora lo es más".Y añadió que "cuanto antes" se lleve a cabo será más positiva para las tres entidades.
El propio lehendakari Patxi López salió más tarde al paso de estas declaraciones apoyando una fusión que proporcione "dimensión y potencial" para competir en el mundo financiero. El mensaje no es nuevo. Sin embargo, sonó diferente en un contexto complejo para las cajas en general y en el que el pequeño tamaño de Kutxa, sin ninguna alianza a la vista, limita sus posibilidades de crecimiento futuro.
López también repitió otra coletilla que acompaña a sus declaraciones respecto a la cuestión. Los proyectos de fusión deben nacer de las propias cajas y no ser alentados desde el ámbito político, dijo. ¿Considera el lehendakari que este nuevo intento se ajusta a esos parámetros? No lo aclaró, si bien en el tablero hay novedades que permiten pensar que la estrategia es distinta en esta ocasión a la desarrollada en los dos proceso anteriores frustrados por socialistas y populares, entre otros. De hecho, hasta el juego parece diferente.
cambio de discurso en kutxa BBK y Caja Vital están en pleno proceso de encaje de sus estructuras en una fusión fría que avanza por el carril financiero con la necesaria ayuda de los partidos, que forman parte de los órganos de decisión. Pese a las reticencias iniciales a sumarse al proyecto tal y como estaba concebido, el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, alimentó las expectativas la semana pasada con unas declaraciones en las que señaló que era posible una integración a tres este mismo año. Hay contenido detrás de esas palabras y, posiblemente, también movimientos activados a varias bandas. En ese sentido, el PNV tiene un canal de comunicación abierto constantemente con el Gobierno español. El pacto de estabilidad que mantiene con pulso a Rodríguez Zapatero ha hecho todavía más transitable para los jeltzles ese camino. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, está al otro lado de la línea y en esos contactos se ha hablado en varias ocasiones de la necesidad de sumar a Kutxa a la entente.
También fue en esos encuentros donde se dio a petición del Ejecutivo luz verde a la fusión fría con Vital. El proceso es complejo y lleva sus ritmos, más lentos, al parecer, de lo que juzgan oportuno los socialistas. Así, el secretario general del PSE alavés, Txarli Prieto, acusó al PNV de avivar la "fusión caliente" de las tres cajas mientras "bloquea" el proyecto de BBK y Vital Kutxa "por su líos y problemas internos".
Desde las filas de su socio preferente, el número uno del PP en Araba, Alfonso Alonso, incidió en las supuestas desavenencias sobre el modelo de fusión en el seno del PNV y pidió a los jeltzales que consulten a dentro del partido para saber si Joseba Egibar e Iñigo Urkullu tienen la misma opinión.
El exalcalde de Vitoria reveló que su partido ha entablado conversaciones con el Gobierno Vasco y con los tres presidentes de las cajas vascas con el objeto de activar un debate sobre el futuro de las tres entidades financieras de raíz social.
Las declaraciones de Andoni Ortuzar sacaron a la superficie toda la marea de fondo que se ha formado desde el anuncio de la fusión fría de la caja vizcaína con la alavesa. La reordenación del sector se percibe como una nueva oportunidad desde Sabin Etxea para intentar de nuevo la lógica alianza a tres.
Las cajas de ahorro vascas no están en riesgo. No forman parte del grupo de entidades que tendrá que recapitalizarse, convertirse en banco o en el peor de los casos nacionalizadas por el Estado. No obstante, la reestructuración global del sector genera una inercia que puede ser aprovechada por las cajas de la CAV.
modificaciones legislativas Además, el proceso conlleva modificiaciones en la legislación y Euskadi tendrá que adaptar también su normativa. El debate llegará hasta el Parlamento vasco donde los partidos podrán tomar posiciones si la tensiones que añaden en muchas ocasiones los puntos de vista políticos ceñidos al marco territorial donde opera históricamente cada caja. La perspectiva incluso se tiene que elevar mas allá, porque como recordó ayer Ortuzar Euskadi no es una "isla" y las cajas vascas se tendrán que "adaptar" al nuevo panorama.
El ambicioso presidente de BBK, Mario Fernández, saca a relucir siempre que tiene ocasión su apuesta por seguir creciendo. Y tras salvar del desastre a Cajasur por exigencias del guión escrito por el Banco de España, tiene libertad a la hora de buscar nuevos socios.
La alianza con Vital Kutxa es una referencia válida a la hora de buscar un patrón futuro. Al contrario que la caja andaluza, la alavesa tiene un balance saneado y un horizonte sin riesgos, pero su pequeño tamaño aconsejaba una operación que le permitiera crecer sin desvirtuar su esencia.
Lo ha conseguido junto a BBK superando los históricos recelos de Álava cuando las necesidades económicas han primado sobre los discursos políticos. Los intereses partidistas que han bloqueado los proyectos financieros de fusión han desaparecido del escenario.
Algo similar ocurre en Gipuzkoa. Si Kutxa no encuentra alianzas corre el riesgo de ser absorbida por otra entidad. Lo natural tanto desde el punto de vista económico como político es que sume junto a las cajas de sus territorios vecinos a un proyecto que resurge y acumula ya demasiado retraso.