Mikel Landa: “Al nuevo año le pido ser el mejor un día, tener de nuevo esas sensaciones”

Mikel Landa afronta su decimoséptima temporada como profesional. El ciclista de Murgia afrontará en 2026 su tercer curso vistiendo el maillot del Soudal-Quick Step y a sus 36 años no cierra la puerta a seguir pedaleando en 2027. Ansía por encima de cualquier otra cosa levantar de nuevo los brazos, algo que no sucede desde 2021, cuando se impuso en la general de la Vuelta a Burgos. Todo ello en un escenario nuevo para él en la escuadra belga, pero desempeñado en otras estructuras en las que ha estado años atrás, la de ser jefe de filas ante la marcha de Remco Evenepoel.

Así, el escalador alavés iráal Giro a pelear por la general y después estará en la salida del Tour de Francia, aunque ya buscando una victoria de etapa, dado el ramillete de favoritos que pelearán por el amarillo y el incontestable momento de Pogacar. Tras el descanso de algo más de un mes ha vuelto a la faena. Una semana de entrenamientos a finales de noviembre por Canarias, a comienzos de diciembre concentración en Calpe con el equipo y estos días en casa, combatiendo el frío y la lluvia como buenamente puede.

¿Cómo han ido las vacaciones?

Bien, he estado parado unas cinco semanas. Ya me hacían falta porque llegué justo a Lombardia por la espalda, que todavía me seguía dando guerra. Después de tres semanas empecé a encontrarme mejor, aunque entonces todavía haciendo cosas de vida normal me molestaba en algún momento. Luego ya cogí algo más de fuerza y va bien. Estoy haciendo más horas y subiendo el nivel de entrenamientos sin que me resienta.

¿Qué tal en Calpe?

Bien, lo típico de las primeras concentraciones. Hemos dedicado tiempo a hacernos fotos, reuniones o pruebas de esfuerzo.  

E imagino que del calendario también habrán hablado allí entre bambalinas.

Sí, sí. La idea es empezar en la Volta a la Comunitat Valenciana el 4 de febrero. Luego me enfocaré para Cataluña, Itzulia, Giro y Tour.

O sea que vuelve a programar dos grandes en su calendario.

Sí, tenemos una cuenta pendiente con el Giro de Italia después de lo que sucedió el año pasado. A ver si esta vez va mejor (risas). Luego con el Tour me han dado libertad para buscar etapas y no centrarme en la general. Me apetece ese doble papel.

Después de la caída de la pasada edición, ¿cómo afronta el regreso a la prueba italiana?

Todavía no he pasado página del todo. Fui con muchísima ilusión y ganas. Me encontraba realmente bien y en mi cabeza rondaba la idea de que iba a ser mi última oportunidad y se truncó todo el primer día. Tengo esa cosilla de haber si soy capaz de disfrutarlo. 

O sea que irá de nuevo allí con la idea de pelear la general.

Cierto, es lo que hemos hablado. Va a ir también Paul Magnier como sprinter del equipo y buscaremos con él victorias parciales y conmigo hacer una buena general. 

Después al Tour con otro rol distinto.

Eso es. Me han dejado libre para ir a por etapas y es algo que me apetece porque nunca he ido al Tour de Francia con ese objetivo y me gusta, la verdad. 

Apreciados los recorridos, ¿qué le parecen?

Más de lo mismo. No parecen excesivamente duros. No hay a priori bloques de estos que asustan, aunque luego la carrera exigirá cosas. El Giro me da menos miedo y en el Tour los equipos no se guardan nada.

Se le ve con ganas de pelear todavía el podium de una grande. ¿Es así o resulta exagerado?

Claro, aunque es verdad que me costó. Estuve dándole muchas vueltas a qué hacer la temporada que viene y cómo afrontarlo. Me apoyé mucho en el equipo, más ahora que no está Remco y que en principio volvía a tener más responsabilidad. Entre los dos hemos encontrado este calendario y realmente me motiva.

Ha hecho 45 días de competición, en parte por esa caída. Físicamente no está castigado. 

Sí, no he acabado el año cansado, como sí sucedió en 2024 al hacer dos grandes. Espero que lo note para bien en 2026 y tenga esa frescura. Es verdad que ya después de la Vuelta quería casi terminar, pero sobre todo por la espalda. Me hubiese gustado afrontar mejor las clásicas italianas, como Lombardía, aunque el dolor seguía y necesitaba parar del todo.  

¿Se replanteó algunas cosas tras lo sucedido en Albania?

Siempre piensas cosas. Se truncó la temporada y se cayeron los planes que tenía en la cabeza. Es cierto que después de la Vuelta veía que todavía no recuperaba del todo y empecé a darle vueltas de si volvería al nivel de antes, pero ahora creo que sí. 

Tiene contrato únicamente por un año más. ¿Piensa en seguir en el año 2027?

Por supuesto. Ahora mismo tengo las mismas opciones de colgar la bicicleta que de continuar. Si me sigo divirtiendo este año, me encuentro a mi nivel y el equipo quiere, seguiré. 

¿Se retiraría entonces en el Soudal?

Nunca se sabe. Aquí estoy a gusto, me siento valorado y he encontrado mi sitio, así que ojalá pueda acabar aquí. 

Ahora sin Remco, vuelve a ser jefe de filas.

Para las generales, sí. Es verdad que el equipo vuelve a lo que era antes, pelear etapas al sprint o las clásicas. Aunque ya digo que tengo mi espacio, vienen chavales jóvenes desde atrás que quieren pelear por carreras de una semana y puedo ayudarles.

Supongo que tendrá dos o tres escuderos que le ayuden en el Giro, ¿no?

Claro, creo vendrán escaladores como Garofoli y alguno de los que ayuden a Paul en las llegadas podrán echarme una mano los días del plano.

Este año ha sido cuarto en Cataluña o séptimo en Tirreno. ¿En vueltas cortas puede pelear también un triunfo en la general?

Por su puesto, si tiene montaña o algún final para arriba y poca crono me favorecen. Desde luego que se puede intentar hacer algo ahí también. A ver qué recorrido saca la Itzulia y Cataluña parece que será montañosa. Este año planteé el Giro muy bien en ambas carreras.  

No gana desde 2021 en la Vuelta a Burgos. ¿Le está dando muchas vueltas a eso?

Ya le doy, sí. Es algo que ha sido un objetivo claro en cada temporada, pero luego por una cosa u otra se me ha escapado. A ver si este año me lo planteo mejor y después de lo que ofrecí en la Vuelta que hacía tiempo que no corría así, puedo lograrlo.  

¿En esa esa etapa con Bernal vio que se cortaba la racha?

Sin duda. Aquel día estaba muy bien, pero tal y como se resolvió la etapa –se recortó por las protestas–, realmente tuve pocas posibilidades de vencer. 

Entiendo que al nuevo año le pedirá entonces volver a levantar los brazos, ¿verdad?

Con este objetivo me conformaría, desde luego. Ser el mejor un día, tener de nuevo esas sensaciones es algo único.

Será su decimoséptimo año como profesional. ¿Pensaba llegar tan lejos cuando decidió hacer carrera en el ciclismo?

Para nada. Encima decía que lo iba a dejar pronto y mira. El hecho de disfrutar cada temporada y en el día a día ha posibilitado que llegue a esta edad con ganas de correr y por suerte a hacerlo a buen nivel. 

Porque a estas alturas, ¿importa más la cabeza o las piernas?

Diría que las dos. Es cierto que a veces los contratiempos que he tenido te ponen las cosas cuesta arriba, pero al mismo tiempo cuando he vuelto he sido capaz de disputar o estar delante y se te olvidan los malos momentos.

De lo que no hay dudas es de la tiranía de Tadej Pogacar en el mundo del ciclismo. 

Parece que es el rey. No hay nadie que le vaya a poner en aprietos, así que hay Pogacar para rato.