Marta Romero, una todoterreno
Perteneciente al Cafés Foronda Dida Kirol Taldea, ha sido la mejor vitoriana en la reciente Behobia con un tiempo de 1:25:03
Los campeones no son solo los que levantan un trofeo o se suben al pódium. En el mundo de las carreras y triatlones, los deportistas luchan contra sus propias marcas para superarse de forma continuada a la vez que se divierten.
Sin embargo, tal y como recalcan muchos organizadores de estos eventos, los auténticos campeones son los que compaginan sus trabajos y sus vidas personales, y además sacan tiempo de donde no lo hay para entrenar y así poder participar en maratones y triatlones.
El mejor ejemplo es la vitoriana Marta Romero, quien a sus 44 años simultanea su vida familiar con dos hijos y su trabajo, mientras entrena casi de forma diaria para poder correr en diversos eventos.
Además, no solo es que esta veloz alavesa participe, sino que también obtiene diversos premios, como en la última edición de la Behobia. Este año ha mejorado su récord personal para también ser la mejor vitoriana.
“No fui consciente de que había conseguido ese logro. Sí que estaba feliz porque me salió un ritmo de 4,12 y la verdad es que estaba contenta por las cuestas que tiene la carrera, pero nunca sabes el nivel que hay a tu alrededor”, subraya la atleta.
Su éxito obtiene todavía más relevancia cuando revela que “tan solo llevo cinco años en el equipo Cafés Foronda Dida Kirol Taldea, aunque correr siempre me había gustado”.
Desde que entró al equipo, Marta ha ido recolectando diversos premios, ya que ha ganado carreras como la solidaria CórrELA o Pónle Freno. “Realmente la que más ilusión me hizo fue la media maratón de Martín Fiz, que gané el año pasado. Algún otro año había ganado en mi categoría de veterana, pero al final este año me tocó subir al pódium y fue una sorpresa”, reconoce la vitoriana.
Vida familiar
Cuando un atleta recibe premios o se supera personalmente, todo son alegrías, pero por el camino siempre hay mucha constancia y sacrificios. En especial, la organización es la clave a su juicio.
“Hay que ser sinceros y es que esto lo puedes hacer cuando tus hijos ya tienen cierta edad; cuando los hijos son pequeñitos tienes que estar muy encima de ellos, traerles, llevarles del colegio y no es compatible con entrenar todos los días. Ahora que mis hijos ya son mayores (14 años) y no tengo que estar tan encima de ellos, he podido dedicarle más tiempo al deporte”, puntualiza la corredora.
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En ese sentido, Marta recuerda que “el trabajo también ocupa un tiempo muy importante en mi vida, es exigente y tienes que hacer malabares para llegar a todo. Siempre hay algo que te atrae y te gusta, como pequeños retos y detalles que te motivan para sacar los entrenamientos hacia adelante”.
En su equipo, su entrenador Gorka Bizkarra ya ha afirmado más de una vez entre risas que ha creado “un monstruo” y a eso Marta responde con buenas dosis de humor.
“Me tomo muy en serio los entrenamientos en el sentido de que soy muy hormiguita y muy constante e intento no fallar bajo ningún concepto. Además, siempre trato de ser regular porque es algo que me hace sentir bien, me despeja la mente y me gusta”, añade la gasteiztarra.
Para poder ser constante con los entrenamientos, precisa, “también me ayuda mucho el espíritu de equipo, que no es entrenar solo, sino que es un deporte en el que hay un ambiente estupendo, ya que en el Dida somos una pequeña familia”.
En este aspecto, la vitoriana incide en que “hay muchas otras personas como yo que tienen hijos y que están en la misma línea y es como una segunda familia”.
Marta se deshace en elogios hacia su entrenador Gorka. “Es una maravilla. Siempre está con todos, no solo con los élite, ya que en el equipo hay gente muy buena como Diana que siempre sale arriba en las clasificaciones. Pero el Dida es un equipo que tiene un montón de gente, más amateur, más de andar por casa, y estamos muy alineados todos para ayudarnos”.
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Futuro y objetivos
Marta Romero echa la vista atrás para rememorar que sus primeros pasos en el triatlón se dieron porque “el correr se me quedó un poquito corto y gracias a eso he descubierto también el mundo de la bici que es una pasada. Aquí, también estoy muy agradecida a la Sociedad Ciclista Vitoriana, donde estoy desde hace un año y me han ayudado a mejorar muchísimo”.
En este mundo de los tres deportes, la vitoriana enfatiza que “la natación es quizá lo que se me da un poquito peor, por así decirlo es mi asignatura pendiente y mira que soy constante, pero me cuesta mucho”.
Respecto a la bicicleta, confiesa que es un mundo increíble porque “es divertido y enriquecedor, por ejemplo puedes quedar un domingo por la mañana con los amigos”.
En cuanto a sus futuros retos, Marta confirma lo que es un secreto a voces. “Este mundo te atrapa, siempre quieres superarte y ponerte pequeños retos. El año pasado me apunté por primera vez al vi half gasteiz y este 2026 repito otra vez porque lo disfruté muchísimo”.
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Por cierto, en su punto de mira también se encuentra la maratón de Valencia. Y es que Marta es una de esas deportistas que, reciban premios o no, son las auténticas campeonas por todo lo que tienen que hacer y sacrificar a la hora de poder entrenar y competir. “Suba o no al pódium, gane o no carreras, el deporte me lo tomo como un regalo. Yo soy feliz en mi día a día con todo lo que tengo gracias a la familia del Dida”, concluye.