A Imanol Ansa le mordisquearon las dudas desde el primer partido del Individual Eusko Label de remonte profesional. Ataviado con la camiseta colorada de campeón y la certeza de que acumulaba victorias en las últimas tres competiciones mano a mano, su sensación era de vulnerabilidad. De hecho, para abrir boca, Javier Urriza le metió un 9-30 que le dejó muy tocado. Pues bien, a trancas y barrancas, montado en la montaña rusa de las sensaciones –bendita, visto el resultado–, el urnietarra llegó este sábado a la final del frontón Galarreta de Hernani y disputó su mejor partido del campeonato. Lo mejor para el cierre. Batió a Endika Barrenetxea  por 30-26 en un encuentro típico de la especialidad, en el que la incidencia del saque fue vital –Ansa II sumó nueve por dos faltas de saque, mientras que Barrenetxea firmó seis por tres faltas en momentos clave–. El delantero volteó un 16-23 para acabar llevándose el gato al agua. El antídoto: la solidez, el trabajo mental, el riesgo controlado, el acierto.

Ansa II suma su segundo trofeo consecutivo del Individual y se une al club de Matxin II, Ezkurra, Zeberio II, Urrutia y Urriza, únicos remontistas capaces de reeditar el título. Al zaguero de Hernani, entretanto, le tocará volver a seguir peleando por romper el récord entre los zagueros de dos txapelas y adelantarse como el más prolífico de la historia en su demarcación. 

La incidencia del saque

Iniciaron las hostilidades ambos pelotaris con las pulsaciones por las nubes. La tensión de la final golpeó el plexo solar de la contienda. En ese escenario, Imanol consiguió una bonita renta que le puso en ventaja (8-3). Pero el mano a mano es de tacadas y en cuanto Barrenetxea se puso a pelotear dio con la clave. Pasó a dominar 11-15. Hubo igualdad hasta el 17-16, cuando el zaguero apretó el acelerador. El primer disparo sirvió para desnortar a Ansa II.

Imanol Ansa gana la final del Individual de remonte ante Endika Barrenetxea en Galarreta. Arnaitz Rubio

La resurrección

Pero el urnietarra resucitó. De nuevo. Como lleva haciendo todo el torneo. Creció en vez de hundirse. ¡Está vivo!

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Si bien a los dos remontistas les salía la pelota rápida, a Barrenetxea IV le pasaron factura los errores. En el tramo final, las faltas en las que el zaguero tomó riesgos –en el 24-22 y el 29-26; es decir, el tanto final– y un taco eclipsaron su despliegue.  Ansa II se benefició de esas cruces puntuales.

A base de sufrir, de reinventarse, el delantero suma y sigue. Sobrevive a la montaña rusa.