Cada vez son más los casos que salen a la luz de deportistas con problemas de salud mental, pero parece que a veces da miedo hablar del tema. ¿Hay cierto tabú al respecto?
–Ahora empezamos a hablar de salud mental. En mi época era impensable. Cada vez vamos mejor, pero todavía falta mucho.
Ricky Rubio llegó a comentar que, frutó del estrés y de la ansiedad, vivió en la oscuridad, que el deportista se comió a la persona... ¿Qué puede pasar por la cabeza de un deportista de élite para sentirse así?
–Pensamos que el deportista por salir en la televisión y ganar títulos lo tiene todo, pero tiene que tener todo lo demás bien. Y estamos a un nivel de estrés muy elevado. Nos sentimos que tenemos que dar siempre el 100%, conseguir que siempre todo el mundo esté orgulloso de nosotros, que siempre ganemos... No nos permitimos fallar, tener una época mala y es muy complicado vivir así.
Y, ¿una posible solución?
–Pues lo mismo que tenemos fisios, pues hay que tener equipos psicológicos al lado para que nuestro coco esté igual de bien que el cuerpo.
¿Considera positivo que figuras relevantes del deporte reconozcan el problema para darle la visibilidad que necesita?
–Está muy bien que deportistas que tienen mucha visibilidad pues se atrevan a decir que tienen un problema de salud mental porque no es fácil. Todavía no está bien visto.
“Puedo estar seis meses de baja por una rodilla y no pasa nada, pero si lo estoy por el coco, cuesta entenderlo”
¿Por qué?
–Me puedo lesionar la rodilla, estar seis meses de baja y no pasa nada, pero estar seis meses de baja porque mi coco no está bien, todavía a la sociedad le cuesta entenderlo. La valentía de muchos deportistas está haciendo mucho por normalizar esta situación.
¿Por qué ha estado tan escondido hasta hace bien poco? ¿Miedo?
–Sí. Hace 30 años no estaba bien visto ir al psicólogo y ahora cada vez está más normalizado. Tengo una hija de 15 años y para ella es normal acudir al psicólogo. Es como ir al traumatólogo, al dentista... La clave está en normalizar que es parte de nuestra vida.
Trabajar el aspecto mental
Viendo este tipo de situaciones, ¿el trabajo mental y el apoyo psicológico debería estar más a la orden del día en los equipos?
–Sí. No deberíamos de esperar a estar mal para acudir. La parte mental se debería trabajar desde que somos pequeños. En todos los aspectos. Los niños tienen muchos problemas de autoestima, de seguridad y gestionar las emociones es clave para que en la edad adulta estemos mucho mejor.
“Hace 30 años no estaba bien visto ir al psicólogo y ahora cada vez está más normalizado”
En su caso, lleva un tiempo dedicándose al ‘coaching’. ¿Qué soluciones y qué tipo de ayuda puede aportar?
–Sí, me introduje en el mundo del coaching porque quería aportar valor a las personas y a partir de ahí lo que hago es un acompañamiento tanto a personas como a organizaciones para que mejoren y consigan sus objetivos. Hago reflexiones sobre su autoconocimiento y les doy herramientas para que gestionen sus emociones y a partir de ahí descubran dónde están y dónde quieren llegar a estar y les acompaño en el proceso.
Desde fuera hay quien no entiende cómo puede sufrir este tipo de problemas de salud mental un deportista que lo tiene todo, vive de algo que le gusta, no le falta de nada, es reconocido... ¿Qué les diría?
–Pensamos que una persona solo se puede quejar cuando le pasa algo grave y es verdad que hay que relativizar y no nos podemos quejar cuando no hay algo tan grave, pero hay veces que estamos mal y la gente no puede entender que estés así por estrés o ansiedad. Lo importante es no juzgar al que tenemos enfrente por pensar que no está como yo o que mis problemas son más graves. Un deportista, aunque lo esté ganando todo, puede sentirse solo, puede ver que las personas que están a su alrededor no son importantes, no son unas personas reales, puede sentir que sí, hace lo que le gusta, pero ha perdido la ilusión por lo que lo hacía. Hay tantas cosas que lo importante es no juzgar e intentar comprender.
¿La soledad y el vacío puede ser uno de los grandes problemas?
–Sí. Me acuerdo que cuando me retiré, toda esa gente que estaba a mi lado desapareció. Eso no lo llegas a entender. Cuando estás encima de la ola tienes a tu alrededor mucha gente, pero lo que necesitas son personas cercanas que sigan contigo en las buenas y en las malas, cuando ganas y cuando pierdes.
