Transcurrido un año de su retirada y quince cursos después de agarrar el manillar en una biografía ciclista plena, Mikel Nieve (26 de mayo de 1984, Leitza) tamborileará los dedos sobre el volante de uno de los coches de director del Kern Pharma, estructura a la que se unió cinco meses atrás.
“Me he centrado en ir aprendiendo, en conocer al equipo y saber cómo funciona. Acudí a varias carreras y aporté mi granito de arena, pero es a partir de la próxima temporada cuando creo que mi experiencia puede adquirir más valor”, establece Nieve ante el reto de cambiar el manillar por el volante.
El leitzarra, vencedor de tres etapas del Giro, una de la Vuelta y otra del Dauphiné, dirigirá a jóvenes ciclistas en su bautismo como director en 2024.
"Me he centrado en ir aprendiendo, en conocer al equipo y saber cómo funciona. Acudí a varias carreras y aporté mi granito de arena, pero es a partir de la próxima temporada cuando creo que mi experiencia puede adquirir más valor"
En el tiempo que fue ciclista, el navarro se convirtió en uno de los mejores gregarios del mundo. Chris Froome, que compartió los años de gloria del Tour con Nieve a su lado, respiraba tranquilo cuando percibía la presencia del leitzarra, un ciclistas mayúsculo.
Froome siempre encontraba al navarro trabajando a su servicio y entonces se calmaba. Una visión reparadora. Que Nieve estuviera ahí, le serenaba.
Consciente el británico que con Nieve a su vera todo saldría bien. Abnegado, serio y riguroso, sin un mal gesto ni afán de protagonismo, Nieve nunca desapareció de la vista de sus líderes. Feliz de cuidarles.
Nieve dedicó su carrera a mimar al resto, a vigilar que nada les faltara, a que les fuera bien. Imprescindible para ellos. El navarro cedió sus piernas durante miles de kilómetros para que lucieran las de los otros.
Froome, muy fan de Nieve
Nieve, magnífico gregario, era un líder de la solidaridad y el compromiso. El día que Froome supo que Nieve abandonaba el Sky para buscar otros horizontes, el británico se enojó con los rectores del equipo. Nunca entendió aquello.
“Words can’t describe how much I will miss Frosty next year”, que traducido al castellano quiere decir, más o menos literalmente, “las palabras no pueden describir cuánto voy a echar de menos a Frosty el próximo año”.
Sabía Froome que perdía un tesoro. El británico siempre fue un fan declarado de Frosty, como se conocía a Nieve en la estructura británica. Todos reconocían en el navarro a un ciclista impagable. El mayordomo perfecto.
Después de una andadura exitosa, de ganarse el respeto del pelotón, el sabio leitzarra comienza su aventura como director del Kern Pharma tras unos meses de aprendizaje. Nieve es una de las apuestas de la escuadra navarra, gobernada por Juanjo Oroz, para ser uno de los directores del equipo.
Viejos conocidos
Tarea que compartirá con Pablo Urtasun. Los tres se criaron en el Caja Rural aficionado, un semillero de muchos profesionales. Además compartieron maillot en el Euskaltel-Euskadi. “Da gusto reencontrarte con gente con la que has compartido equipo, y más si tienes mucha confianza con ellos. Vemos el ciclismo de la misma manera”, expone Nieve.
Repleto de los conocimientos adquiridos durante una década y media en la azotea del ciclismo, –el navarro compitió en 22 grandes: 6 Tours, 7 Giros y 9 Vueltas– Nieve tratará de trasladar, a modo de un profesor, su sabiduría a los ciclistas desde el coche de equipo.
"La experiencia te ayuda bastante a saber qué siente el corredor en cada momento, también por supuesto el conocer las carreras y anticiparte a lo que pueda ocurrir. Espero poder transmitir todo lo aprendido a los ciclistas”
Los miles de kilómetros recorridos como un reputado profesional contribuirán al aprendizaje de los jóvenes ciclistas que dibujan el mosaico del Kern Pharma. “La experiencia te ayuda bastante a saber qué siente el corredor en cada momento, también por supuesto el conocer las carreras y anticiparte a lo que pueda ocurrir. Espero poder transmitir todo lo aprendido a los ciclistas”, desgrana Nieve.
El leitzarra anida en la dirección en una época en la que el ciclismo ha disparado la competitividad y el cuidado de los detalles. En ese ecosistema, Nieve entiende que el ciclista debe disfrutar del hecho de serlo porque ser profesional exige un gran desgaste mental.
La exigencia del ciclismo
Bien lo sabe el de Leitza, capaz de mantenerse en la élite durante 15 años en formaciones como el Euskaltel-Euskadi, el Sky o el Mitchelton antes de cerrar su libro de asfalto en el Caja Rural.
“Está claro que cuidar cada detalle todos los días requiere de un gran esfuerzo mental. El deportista debe encontrar la manera de disfrutar de ese proceso y que al mismo tiempo sea algo sostenible para él, si no es muy complicado que puedas aguantar ese ritmo de vida”, analiza el navarro.
Nieve deberá aprender para tratar de transmitir su sello al equipo en la próxima campaña, el bautismo para el leitzarra, que ya trabaja en la planificación del curso. El año que viene el Kern Pharma buscará estar en la Vuelta después de quedarse fuera en la pasada edición.
Aunque todavía es pronto para fijar una meta concreta, el deseo del leitzarra pasa por mejorar lo obtenido por la escuadra la pasada campaña.
“Nuestro objetivo es seguir mejorando gracias al trabajo diario y que el bloque mantenga la ilusión. Es difícil hablar de resultados a estas alturas, pero ojalá podamos superar lo que hemos hecho este año”, certifica el de Leitza, que suelta el manillar para agarrar el volante del Kern Pharma.