Que Unai Laso y Jokin Altuna forman parte de la pléyade de la pelota a mano actual es un hecho incontestable. Este domingo se cruzan en su segundo enfrentamiento dentro del Manomanista. En el primero, en 2022, el de Bizkarreta-Gerendiain conquistó la semifinal (22-17, en el Bizkaia de Bilbao) y acabó coronándose en la batalla por la txapela. Se vistió de colorado y besó la lana por primera vez en su vida.
El de Amezketa ya llevaba un camino asentado en el elitismo desde la más tierna juventud. No en vano, acumula un total de siete txapelas en su carrera –con 27 años– y ha salido victorioso en las tres modalidades. Unai, en cambio, suma dos campañas de forma rutilante y tiene un futuro de quilates. Quizás por eso resulte descabellado calificar como “clásico” un encuentro en la élite que todavía no termina de gozar del protocolo y las loas que otorga el poso de la historia. Los factores externos cargan de anabolizante el presente por las prisas y la necesidad de referentes.
“Que se diga que es histórico son palabras mayores. Él tiene 26 años y yo 27. Veremos si dentro de siete u ocho años seguimos ahí. Si es así, entonces sí se podrá decir que se trata de un duelo histórico”
El tiempo, ese chivato, no olvida que Laso porta el colorado que se ganó en 2022 sobre la cancha del Navarra Arena ante Joseba Ezkurdia y que Jokin camina con los títulos de 2018 y 2021 sobre la cabeza. El domingo el Bizkaia de Bilbao vuelve a unir sus caminos dentro de la modalidad más dura e incierta, el Manomanista, en una contienda robusta, espectacular y musculosa, que no hipertrofiada. “Que se diga que es histórico son palabras mayores. Él tiene 26 años y yo 27. Veremos si dentro de siete u ocho años seguimos ahí. Si es así, entonces sí se podrá decir que se trata de un duelo histórico”, determina el pelotari guipuzcoano, quien concreta que “no sé si es un clásico. Estoy centrado en lo mío. Él hace su carrera y yo la mía. Unai es un grandísimo pelotari. Es un manista muy a tener en cuenta y siempre juego a gusto contra él”.
Ambos duelistas, grandes polos de atracción en sus empresas, debutan en la cita reina. Por suerte para ellos, al ser cabezas de serie, gozan del favor de entrar directamente en la liguilla de cuartos de final. Destierran el filo de la navaja del cara o cruz de las eliminatorias puras y duras. Hay red bajo el cable del funambulista. Y el precedente “no sirve para nada”, certifica Altuna III. Lo único que cambia, a priori, es el color de los gerrikos. Laso llega como campeón. “La camiseta colorada no exige. Yo quiero obviamente ganar otra vez y sé que para eso tengo que darlo todo en la cancha. Tengo que prepararme, cuidarme y seguir como siempre”, desvela el fogoso puntillero de Bizkarreta-Gerendiain.
“Intento repetir la rutina de siempre. Es cierto que no se puede seguir siempre igual. Espero tener buenas sensaciones y venir al partido a gusto”, define. No obstante, la meta del campeón “no” es la final del 4 de junio en el frontón Bizkaia de Bilbao. “El primer objetivo es pasar a las semifinales y hacer buenos partidos durante la liguilla, que es importante. Aitor Elordi y Danel Elezkano nos van a poner complicado avanzar. Más que nada, lo importante es centrarnos en el juego y sumar en la liguilla”, describe el pelotari errotarra.
EL MATERIAL
Sobre el material propuesto por las empresas para el encuentro, no hubo polémicas en la liturgia de este martes en Miribilla. Tanto Laso como Jokin eligieron en un santiamén. “Es un buen material. Los dos hemos buscado pelotas rápidas. En esta modalidad solemos decantarnos por cueros similares. Me han gustado las suyas”, explica el de Aspe. El guipuzcoano agrega que “había cinco pelotas más lentas y otras cinco más vivas y hemos optado por las últimas”. Unai seleccionó cueros de Laso 105,6 y 104,9 gramos, mientras que el amezketarra los prefirió de 104,6 y 106,4.
LOS ESTADOS DE JUEGO
Respecto al estado de forma, el navarro disecciona que los problemas de cadera derivados del golpe sufrido en la final del Parejas están “olvidados”. Sí que nota algunas molestias, pero “cuando estoy jugando y en caliente me siento bien”. Asimismo, analiza que el lunes realizó un ensayo específico exigente con Iñaki Artola, finalista del mano a mano de 2021. “Entrené bastante a gusto. Llevo desde el Parejas a vueltas con la mano izquierda y terminé bien. Además, en esta modalidad se golpean mucho las manos. Lo que voy a buscar el domingo es venir al frontón con hambre de pelota”, desbroza el errotarra, quien califica como vital “tener chispa y ritmo”. Visto el estado de forma de su rival, que el viernes hizo un “partidazo” en Azkoitia junto a Bikuña ante Artola-Martija (22-21), Unai advierte que “está a un gran nivel y seguro completará una buena actuación, pero yo tengo que centrarme en lo mío”. Tiene intención de ver el partido de 2022 para analizar fallos.
En ese mismo sentido, Altuna III observa que “la preparación se puede hacer cuando se tienen mes y medio o dos meses de margen. Estamos compitiendo cada semana en poco tiempo. Le doy importancia a estar bien físicamente”, sostiene. Este mismo lunes realizó una sesión con el siempre complicado Víctor Esteban en el escenario del cruce.