Un pelotazo más. Un punto más. Una pelea más. Una guerra nueva. Mikel Urrutikoetxea y Jon Ander Albisu conquistaron este domingo su quinto triunfo en el Campeonato de Parejas y se meten de lleno en la batalla por el tercer y cuarto puesto. El Álamo en cuatro jornadas, las que restan, que se asfaltan de pasión con solo encuentros entre empresas. A dentelladas. Vietnam redivivo. Aspe y Baiko Pilota acertaron a la hora de dar a los terceros y cuartos clasificados el premio de la bala doble en el play-off y la lucha se afina con el cierre de la décima jornada. Un acierto. Partidos afilados. Febrero: mes de los cuchillos largos. Los quintos y sextos tienen que ganar dos partidos en un solo fin de semana para entrar en las semifinales. ¿Posible? Sin duda. ¿Difícil? También.
Para empezar, el resultado descabalga definitivamente a Erik Jaka y Aitor Aranguren de cualquier milagro. Anclados en la última plaza, este domingo incluso perdieron su pose de combinación áspera y rocosa. En Etxebarri la dinámica no fue buena y en Agoncillo lo refrendaron. No es fácil vivir a contrapelo.
Hasta hace dos semanas, pese a los resultados, rayaban a buen nivel, pero el 22 es cruel con quien lo mira de lejos. Es una tortura. Una espada de Damocles que desimanta la brújula de cualquier pareja. Es también el caso de Ezkurdia y Martija, campeones de 2020, que no logran dar el paso definitivo hacia esa cifra mágica en la pelota.
Para continuar, Urrutikoetxea y Albisu, en una versión seria, más entonados en defensa que en ataque, con las ideas claras, tienen a tiro de piedra asegurar el play-off. Les valdría con imponerse este viernes en Amorebieta-Etxano a Joseba y Julen, desmadejados pero que se agarran todavía a la matemática. La calculadora no sabe de imposibles. El deporte no es rotundo. La pelota es redonda.
Ensalada de errores
Los veteranos del Parejas aprovecharon la ensalada de errores de sus rivales para dar lustre a un punto trabajado. Versión industrial: un pelotazo más para sobrevivir. Aranguren vivió un auténtico calvario con la derecha. De sus nueve errores, ocho de ellos llegaron desde su mano buena cuando intentaba abrir hueco. Incómodo, Jaka intentó afilarse para encontrar algún tipo de salida. Era complicado.
Entre los dos cosecharon quince errores, demasiados en un encuentro de campeonato. Erik, no obstante, iluminó el frontón con algún sotamano de lujo y el mejor tanto del encuentro corrió a cargo del zaguero de Aginaga: una dejada al txoko elegante, el 16-11.
Urrutikoetxea y Albisu no perdonaron. Suyos fueron el cemento y la sobriedad. Tampoco necesitaron un huracán carnívoro. Tras el cuatro iguales, las distancias fueron siempre de su lado. El naufragio azul ayudó. Un dato esclarecedor: al 16-10 se llegó con solo tres tantos en juego de los colorados. Acabaron con seis.