Mikel Urrutikoetxea (Zaratamo, 1989) y Jon Ander Albisu son los veteranos del Parejas con 33 y 32 años, respectivamente. Acumulan dos triunfos y tres derrotas, pero están “ilusionados”. El partido ante Altuna III-Tolosa de este viernes en Bilbao puede ser clave para sumar crédito tras dos derrotas seguidas.
Llevan dos victorias en cinco jornadas del Parejas. ¿Cómo están?
—Estamos bien en líneas generales. Sí que es cierto que en algunos partidos hemos jugado bien hasta la mitad, pero nos ha faltado cerrar en la segunda parte. Las sensaciones son positivas. Nos estamos entendiendo bien y en los entrenamientos nos sentimos a gusto. Además, no estamos teniendo problemas de manos, que es muy importante en un campeonato tan largo. Nos falta lograr algún punto más.
Quitando el 11-22 contra Elordi-Zabaleta, sus otras dos derrotas han llegado por detalles.
—En Arrasate, ante Peio Etxeberria-Rezusta, fueron detalles. Empezamos bien, pero nos hicieron una tacada y reaccionamos tarde. Hay que intentar mejorar en ese aspecto.
¿Qué es lo que les falta?
—Lo principal es mantener el mismo nivel de juego desde el principio hasta el final. No es nada fácil, porque hay muchos factores a tener en cuenta. De todos modos, estar bien metidos en los partidos ayuda a ir cogiendo ese punto de confianza. Nos falta algún triunfo para estar más tranquilos en la clasificación. Lo positivo es que estamos sintiéndonos bien.
¿Tienen más juego que puntos?
—Esas cosas pueden suceder. Muchos partidos se deciden por detalles. Los rivales juegan mucho y cada punto cuesta muchísimo.
“La duda era cómo nos íbamos a compenetrar en el Parejas, ya que habíamos jugado pocas veces juntos, pero estamos a gusto”
Dada la situación actual, ¿cuál es el objetivo real por el que pelean en la fase de cuartos de final?
—Sigue siendo el mismo: estar lo más alto posible y si se puede entrar en semifinales de forma directa, mucho mejor. Veremos si varía.
Acumulan dos derrotas consecutivas frente a los dos pegadores de Aspe –Zabaleta y Rezusta– y ante Altuna III-Tolosa inician otra fase del campeonato. ¿Hay urgencias?
—Urgencias no, pero sí que es importante sumar cuanto antes para mantener la tranquilidad. Los siguientes partidos son muy importantes para nosotros aunque queda mucho de campeonato. Dada la igualdad, hay que seguir ganando.
Eso sí que es cierto: está todo en un puño. Excluyendo a Elordi-Zabaleta, con cinco puntos, de los segundos a los últimos clasificados hay dos victorias de diferencia.
—Está igualado. Cada fin de semana cambia todo. Puede pasar cualquier cosa. Este viernes jugamos contra una pareja que tiene un punto más que nosotros. Puntuar sería importante.
Se trata de su primer campeonato de Parejas con un pegador.
—Me hacía especial ilusión jugar con Albisu. Nos conocemos desde hace muchos años y no hemos tenido la oportunidad de jugar nunca un Parejas juntos. Estoy contento con él.
Es fácil convivir con él.
—Sí. Nos llevamos muy bien dentro y fuera de la cancha. Nos conocemos desde aficionados y somos casi de la misma edad. Es una gozada jugar con él. No se trata solo de su pegada: anda en la cancha, cubre muy bien, ayuda mucho al compañero... La duda era cómo nos íbamos a compenetrar, ya que habíamos jugado pocas veces juntos, pero estamos a gusto.
“Tras la final del mano a mano de 2019 han pasado muchas cosas en mi vida y tanto a nivel mental como de juego no he estado a mi mejor nivel”
Son el delantero (33 años) y el zaguero (32 años) más veteranos.
—Parece mentira con la edad que tenemos. Llevamos muchos años en profesionales. Hace un tiempo había pelotaris con más años. Ha tocado así. Lo esencial es que los dos estamos a gusto. A día de hoy, con la preparación que llevamos, la carrera de un deportista se puede alargar bastante.
En años anteriores, sus objetivos eran muy distintos a los actuales al contar con Albisu en la zaga.
—Personalmente, cada vez que se presenta un campeonato, sea el que sea, quiero estar lo más arriba posible y mostrar un buen nivel de juego. En el Parejas no dependes solo de ti mismo y es necesario que los dos estemos al nivel. Con Jon Ander pasa lo mismo; si uno de los dos falla, será muy difícil llegar arriba. Por eso digo que funcionar como pareja es lo esencial. Sumar no es tan fácil.
La sensación es que está para jugar.
—Estoy contento, con ganas. Estoy disfrutando de la pelota. Si eso sucede, puede haber momentos malos y buenos, pero todo se afronta mejor.
¿Somos demasiado resultadistas?
—Sí, pero eso pasa en todos los deportes. Los resultados mandan. Lo que lleva arriba al pelotari son los resultados.
Ha renovado hasta 2024 con Baiko.
—Llegamos rápido a un acuerdo. No hubo problemas. La meta es estar lo más alto posible y, por qué no, intentar lograr alguna txapela.
En los últimos años ha sido uno de los delanteros emblema de su empresa. ¿La irrupción de Laso le ha descargado un poco de presión?
—No he sentido esa presión de la empresa. Al llegar a los campeonatos sí que me metía yo mismo esa presión. Desde la final del Manomanista de 2019 han pasado muchas cosas en mi vida y tanto a nivel mental como de juego no he estado a mi mejor nivel. En esos años han llegado otros pelotaris que lo están haciendo muy bien. No es únicamente el caso de Laso. Ahora mismo me siento bien mental y físicamente. Estoy disfrutando otra vez de la pelota. No creo que la llegada de Laso me haya quitado presión. Intento siempre llegar lo más lejos posible. Antes hacía lo mismo. Eso sí, como pelotari de Baiko, siempre he tenido la responsabilidad de hacerlo lo mejor posible, por mí y por la empresa.
Es decir, que es algo personal.
—Siempre he sido muy competitivo y quiero llegar a lo más alto.