- Buenas noticias para Unai Laso. Estará disponible para la semifinal del Manomanista ante Jokin Altuna del sábado en Bilbao. Habrá eliminatoria en el Bizkaia. Una vibración en el bíceps del brazo derecho le traía por la calle de la amargura. “No sabría decir desde hace cuánto me viene. Soy un pelotari que le da con todo en cada partido. Es normal que se me vaya cargando. Lo llevo arrastrando desde algunas semanas. Cuando acabo los partidos, al día siguiente tengo todo el cuerpo cargado. Estoy hecho un trapo”, desvela el delantero de Bizkarreta-Gerendiain.
La cuestión es que las alarmas saltaron la semana pasada, después de conseguir el billete a las semifinales del Manomanista al tumbar a Erik Jaka con una exhibición: 5-22. Unos días más tarde, tras la elección de material para el partido intrascendente ante Beñat Rezusta, Baiko Pilota anunció que se suspendía la función por unas molestias en el hombro derecho. Una vez realizadas las pruebas específicas, incluida una ecografía, los doctores de la empresa diagnosticaron “una lesión musculotendinosa de grado 1 en su brazo derecho” y que mínimo hasta ayer no reiniciaría “su actividad deportiva”, mientras trataba de recuperarse “por medio de fisioterapia y electroterapia”.
La dolencia, según explica el propio Laso, es un calambre que le recorre el bíceps y el hombro. “No me han dicho de dónde puede venir, pero puede ser perfectamente del trote. Llevo sin parar desde que volví a profesionales”, esgrime el delantero errotarra. De hecho, regresó a la órbita de Baiko el 25 de junio de 2021 y desde ese instante su cotización no ha parado de crecer. Es el motor de Baiko. Llegó a la final del Cuatro y Medio de San Fermín, fue el dinamizador del Masters CaixaBank y alcanzó los choques cumbre del Cuatro y Medio oficial y el Parejas. Ahora, en las semifinales del Manomanista no deja de ascender peldaños. En total: once meses en la cúspide, sin parar, sin oxígeno. No es fácil.
“Estoy ya al cien por cien”, admite, no obstante, Laso, que ayer realizó una prueba en Hondarribia con Aimar Olaizola, responsable técnico de la promotora bilbaína, con el objetivo de valorar el estado de su extremidad. Diseñaron un trabajo técnico en el que hizo también saques y ganchos. Se alargó durante unos 40 minutos y todo salió a la perfección. Respira profundamente. “Me he sentido bien. Le he dado a la pelota y no he percibido molestias. Estoy dispuesto para jugar”, sentencia el puntillero navarro. Durante la recuperación, el pelotari ha sido sometido a tratamiento de fisioterapia y rehabilitación en Gasteiz. “Con los doctores y fisios que tenemos es más fácil todo”, admite Unai. “No voy a pensar en que el dolor puede regresar si se endurece la semifinal. En la eliminatoria, aunque duela, sales a por todas. Si el dolor es agudo, es inevitable sentirlo, pero voy a salir a tope a por la final”, remacha.
Jokin Altuna, el actual campeón y rival del navarro, sostiene que “me alegro de que Unai esté bien”. “Espero al Laso de siempre. Creo que estará bien y al mejor nivel. Es un rival muy duro, porque es regular y da lo suyo”, reflexiona el amezketarra, quien reitera que “yo mismo tuve una rotura en el bíceps -fue en la feria de San Mateo de 2018 y tardó semanas en volver a la actividad, directamente al Cuatro y Medio- y así no se puede jugar. Espero que esté sin molestias”.
Respecto a los problemas en su mano izquierda que le acarrearon la suspensión del partido contra Joseba Ezkurdia, el campeón afirma que “está cada vez mejor”. “El partido contra Zabaleta fue muy importante, porque gané y no me lastimé la zurda”, recita. Ayer mismo acudió al Bizkaia de Bilbao a las 10.00 horas y realizó una sesión “suave”. “No voy a arriesgar ahora”, aclara el campeón.
La cita del sábado es una prueba de fuego para los dos pelotaris más en forma de la campaña, pues han sido protagonistas de las dos finales oficiales de la temporada. Con todo, Laso considera que el escenario “favorece” a Altuna III. “Es un frontón en el que se queda la pelota, más seco. Da tiempo a ponerse. Las pelotas andan al principio, pero se gastan enseguida y se endurece el partido. En el Labrit, por ejemplo, rompería más fácil su juego. De todos modos, el Bizkaia no es un frontón que me haya ido mal. No hay excusas”, disecciona Unai. Habría preferido algo más de pelota.
El guipuzcoano, por su parte, agrega que “me han parecido buen material. Mis pelotas andan más por el suelo que las suyas. Una de ellas tiene más salida de frontis. De las suyas, una es más tranquila y la otra tiene más bote y más salida”. l
“He realizado una prueba de unos 40 minutos en Hondarribia con Aimar Olaizola”
“Le he soltado a la pelota y no he percibido molestias. Estoy dispuesto para jugar”
Delantero de Baiko