En la tarde del 14 de agosto, víspera de la fiesta de la Asunción de Santa María, fallecía Martín María Ariztegui, conocido sacerdote de la comunidad del Carmen de Vitoria y misionero en América Latina durante más de 3 décadas.
El Padre Martín nació en la localidad navarra de Juarbe el 11 de noviembre de 1941 en el seno de una familia cristiana. Con apenas 17 años se decidió por dar un empujón a su vocación religiosa ingresando en el seminario carmelitano. Allí realizó la profesión simple el día 4 agosto de 1958 como religioso carmelita. Tras superar con éxito sus estudios teológicos y filosóficos, finalmente fue ordenado sacerdote el 26 de junio de 1966.
Siendo religioso de esta provincia carmelitana de la que forma parte Vitoria con un gran espíritu misionero, el Padre Martín fue destinado a Centro América para desarrollar una gran labor evangelizadora y pastoral. La primera experiencia misionera la vivió en Guatemala donde vivió 15 años desde 1972 hasta 1987. La segunda fase misionera y la más larga la vivió en Panamá de 1987 al 2005. En este país, además de una gran huella eclesial, el Padre Martín dejó un grato recuerdo por haber ocupado importantes cargos de responsabilidad siendo superior durante varios años e impulsor de obras sociales y caritativas que aún hoy siguen ayudando a miles de personas cada año.
En el 2006 regresó a España y desde entonces ha sido conventual de la comunidad de los Padres Carmelitas de Vitoria llegando a ser superior durante varios trienios. También dejó impronta por acompañar especialmente a la Cofradía del Carmen y la Orden Seglar con su conocida Escuela de Oración Carmelitana. Este conocido y muy admirado sacerdote destacó, además, por sus grandes dotes musicales, tanto en América Latina como en España. En la iglesia del Carmen de Vitoria cuidó mucho la liturgia musical acompañando en el órgano y en el canto en muchas celebraciones.
Celebraba misas a diario y sus celebraciones dominicales eran muy seguidas por sus cuidadas homilías que con tanto cariño preparaba. En este aspecto, en muchas de ellas utilizaba pequeñas fábulas que traían moralejas sobre el Evangelio del día, algo que tanto a jóvenes como a mayores les hacía reflexionar. Cercano, siempre con una sonrisa y muy escuchado en sus reflexiones, el Padre Martín se distinguió por una amabilidad extremadamente profunda, una vida orante y un servicio contante hacia los demás. Por esto y mucho más, este misionero carmelitano ha sido muy querido sobresaliendo por su gran celo pastoral para acercar a todos la Buena Noticia de Dios siempre de la mano de María, Madre del Carmelo, a quien tanto promovió en Vitoria así como en América Latina en sus años de misión.
Su funeral se celebrará mañana, sábado, a las 17:00h en la céntrica iglesia de Nuestra Señora del Carmen y estará presidido por el Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, y por el superior carmelitano de la zona norte de España, Jon Korta.