- El nuevo reglamento entra en vigor un año más tarde de lo previsto; la pandemia retrasó la llegada de una de las mayores revisiones técnicas de la F-1. La transformación de 2022 persigue en líneas globales la reducción de costes y la igualdad en pista. Las nuevas reglas aerodinámicas son el principal argumento para multiplicar los duelos.

La F-1 ha recuperado el efecto suelo prohibido en la década de los 80. Esto significa que los coches tendrán canales para el flujo del viento que generan un efecto de succión que concede mayor adherencia. La intención es restar influencia a los alerones de la parte superior de los monoplazas, generadores de turbulencias que restan carga aerodinámica a los coches perseguidores, reduciendo las opciones de adelantamiento. Según Liberty Media, compañía propietaria de la F-1, y la Federación Internacional de Automovilismo, las simulaciones realizadas determinan que los monoplazas actuales mantendrán cerca del 90% de su carga aerodinámica mientras permanecen cogiendo rebufos, a diferencia del 55% que ofrecían las máquinas anteriores. De este modo, será más sencillo adelantar. Además, por el momento se mantiene el sistema DRS.

Además, se sustituyen las llantas de 13 pulgas por unas de 18 con el principal objetivo de reducir el sobrecalentamiento para que se pueda incrementar el ritmo de las carreras. Estos neumáticos también han obligado a modificar los sistemas de suspensiones. Esta es una de las razones por las que los coches pesarán más: el peso mínimo será de 790 kilos en lugar de 752. Asimismo, serán más resistentes a los golpes, tanto frontales como laterales.

El incremento del peso también llega por la restricción de materiales a fin de reducir los costes y que los equipos no dependan de tanta inversión para poder ser competitivos. En este sentido, las unidades de potencia serán similares a las de 2021, con motores V6 turbo híbridos de 1.6 centímetros cúbicos con piezas estandarizadas como la bomba de combustible. También para limitar precios, las cajas de cambios estarán congeladas desde 2022 hasta 2025 y solo sujetas a una actualización. Con todo, se espera que los coches sean entre 0,5 y 2 segundos más lentos, al menos en este inicio de la nueva época.