Conviene darse prisa en el desierto, que es un ser vivo de brazos ardientes, atosigante, una corbata apretada de agobio y arena. Posee ideas aviesas que devoran los pulmones y esparcen termitas para horadar la esperanza. Los espejismos reposan en la naturaleza del desierto, despótico el sol, desprovisto de piedad, que hace enloquecer la mente y engaña la vista. El sol es un trilero.

No es aconsejable estar demasiado tiempo bajo el sol para que las alucinaciones no le confundan a uno. Santiago Buitrago, joven colombiano del Bahrain, un equipo del desierto, no perdió el norte. Se encaramó al liderato del Saudi Tour, enredado el recorrido en ese cinemascope de arena y nada que es la carrera.

Buitrago encontró el oasis en el que sació su sed de victoria, el primer sorbo refrescante para el Bahrain en medio de un paisaje de aspecto lunar, por las piedras, y marciano, por el color rojizo de la tierra. Inhóspito. Tierra yerma, desnuda, baldía, árida. Buitrago, un zahorí, dio con el pozo de la felicidad en la cima de Abu Rakah, un muro de 1.600 metros al 7,7% de desnivel que remataba la segunda jornada del Saudi Tour.

INTELIGENCIA TÁCTICA

El colombiano agarró la dicha antes que Andrea Bagioli, que era más rápido que Buitrago en asuntos de velocidad. Buitrago conocía del ímpetu del italiano en las distancias cortas y optó por acodarse en la espera, colgado de la percha del italiano. Así le sorprendió. Ese fue su triunfo. Aguantó pero no esperó hasta el final, donde sería una víctima del italiano. El colombiano se anticipó después de que Daniel Oss se desintegrara en el tramo definitivo y Bagioli gastara su energía guiando la ascensión en el vis a vis con el colombiano.

Buitrago se manejó de maravilla para lograr su primer laurel profesional. Jugador de póquer. Paciencia y resolución. Apostó a ganador. "Cuando vi la pancarta de un kilómetro me sentí muy bien, intenté tirar para adelante. Era un final difícil, sabía que Bagioli era bueno al esprint, así que tenía que ser inteligente. Intente anticipar y me ha salido muy bien", expuso Buitrago, el nuevo líder del Saudi Tour, la carrera de las arenas. Paradójicamente Buitrago se bautizó en el desierto.