Aunque el inicio fue ligeramente favorable al Labastida, nada hizo presagiar un resultado tan abultado (8-2) como el cosechado en su fatídica visita al Juventud del Círculo Católico. El conjunto riojano-alavés recibió el sábado un severo correctivo en su visita a tierras burgalesas.

Sorprendió el primero de los goles del anfitrión, en jugada aislada, pero bien ejecutada en el último remate. También llegó el 2-0 en un desajuste defensivo del equipo de un Iván Mulas que se desgañitó en la banda para que esto no ocurriera.

El 2-1 llegó para abrir un oasis en mitad del desierto por medio de un incombustible Endika tras la perfecta ejecución de una pared con Fernando pivotando que el ocho culminó de tremendo derechazo cruzado a media altura. Pero ese tanto no fue más que eso, un oasis, puesto que el acierto del Juventud del Círculo Católico contrastó con la desesperación de los jugadores del Carnicería Hermanos Fuente -nuevo patrocinador del Labastida-, que no llegaron a tiempo para frenar las acometidas de sus rivales.

Cada control de los de verde, orientado y en regate o pausado y guardando la posesión del balón, terminó siendo una ocasión de peligro, martilleando a los alaveses que pagaron cada error con un gol recibido. Y así, enhebrando pases donde parecía difícil filtrar una pelota y defendiendo con acierto ante el portero-jugador que Mulas puso en práctica en la segunda mitad, el luminoso aumentó hasta poner el 8 en el casillero local. Un correctivo que debe de servir para trabajar con más intensidad.