- Annemiek Van Vleuten sigue en estado de gracia. Recientemente proclamada campeona olímpica en la prueba de contrarreloj en Tokio, la holandesa rompió los pronósticos que colocaban a Lucy Kennedy, última vencedora de la prueba, como candidata al triunfo, y se impuso en la segunda edición de la Clásica femenina, presentándose en solitario en la línea de meta después del ataque realizado en Murgil.
La jornada resultó extremadamente dura para todas las participantes, ya que la meteorología no acompañó. Sí lo hizo la lluvia durante casi todo el recorrido, endureciéndolo y provocando situaciones de riesgo, sobre todo en los descensos. La propia Van Vleuten a punto estuvo de irse al suelo en el de Igeldo.
La carrera, como era de esperar, se resolvió en la última subida, antes de emprender el camino hacia la meta del Boulevard. En Murgil entraron cinco ciclistas destacadas. La primera en probar fortuna fue Audrey Cordón, que se escapó con gran facilidad de sus compañeras. Solo faltaban once kilómetros. Antes de la bajada Annemiek Van Vleuten, con un punto de forma increíble a pesar del largo viaje desde Tokio, esperó su momento y lanzó el ataque en las rampas más duras para cazar a Cordón y escaparse en solitario. La ciclista de Movistar no encontró oposición ninguna.
Catalogada como una de las mejores rodadoras del planeta, se dedicó a administrar la renta, logrando cruzar la línea de meta en solitario, sumando así un nuevo triunfo a un brillante palmarés. Antes de su proeza en los Juegos Olímpicos de Tokio, ya se había alzado con la victoria en la general del Tour de Flandes femenino.
Por detrás de Van Vleuten, a 36 segundos, llegó la norteamericana Ruth Winder. Tercera en el podio fue la italiana Tatiana Cuderzo, que invirtió un minuto y 35 segundos más que la ganadora de la prueba. Santesteban fue 22ª.