Joan Peñarroya será uno de los grandes focos de atención en el duelo de este domingo en el Buesa Arena. Tras su convulsa salida del Baskonia en octubre del 2023 y retomar el pasado verano su carrera en los banquillos con su llegada al Barcelona, el técnico egarense acumula varios meses en los que su nombre ha estado permanentemente en el ojo del huracán.
Pese a que la destitución ha sobrevolado su cabeza en varios tramos de la temporada ante las debilidades atisbadas en el ogro catalán, sobre todo en el plano defensivo, el expreparador azulgrana ha resistido como ha podido al frente de un banquillo asemejado a una silla eléctrica.
Los resultados le han dado la espalda al totalizar la friolera de 32 derrotas en 75 partidos oficiales entre todas las competiciones y la ACB se ha quedado ya como la única tabla de salvación para que el Barça consiga algún título esta temporada. Sin embargo, Peñarroya se ha ganado a pulso la fama de superviviente apreciados los numerosos inconvenientes a los que se ha enfrentado.
Acaso su momento más crítico se produjo a mediados de febrero tras la prematura eliminación copera ante el Tenerife. Aquel ejercicio de impotencia ante la tropa de Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini en la ronda de cuartos de final supuso la antesala de las críticas más destructivas hacia la labor de un entrenador que ha visto cómo la delicada situación económica del club catalán le ha impedido reforzar una plantilla muy magullada por las lesiones.
LESIONES Y ESPANTADA
No en vano, varios primeros espada de la plantilla culé han ido cayendo como moscas sin que Joan Laporta, atado de pies y manos por los conocidos problemas de Fair Play en el fútbol, diera el visto bueno a cubrir el vacío.
No se le buscó un reemplazo, por ejemplo, a Nico Laprovittola, baja para toda la campaña 2024-25 tras destrozarse una rodilla en el duelo liguero ante el Baskonia. Más allá de Raulzinho Neto, enviado de vuelta a Brasil tras comprobarse que no estaba para competir al más alto nivel en sus primeras apariciones con la elástica culé, tampoco aterrizó algún parche en la Ciudad Condal para compensar el paso a la enfermería de Juan Núñez, Jan Vesely o Chimezie Metu.
La sorprendente espantada de Dame Sarr, quien dejó tirado al Barça en vísperas de un clásico ante el Real Madrid para participar en el Nike Hoop Summit sin permiso del club blaugrana y cuyo contrato fue rescindido semanas después, sirvió para echar más leña al fuego de la orfandad de efectivos en manos de Peñarroya.
Todos esos condicionantes han hecho que el próximo rival del Baskonia haya afrontado un tramo decisivo de la ACB y, sobre todo, la eliminatoria previa a la Final a Cuatro ante el Mónaco con solo nueve fichas profesionales. Aún así, la escuadra catalana fue capaz de llevar al límite a los hombres de Spanoulis tras forzar un agónico desempate.
En el asalto decisivo celebrado en el Principado, Kevin Punter dispuso incluso de un balón ganador para terminar de consumar una remontada casi sin parangón en los cruces de la Euroliga. Sin embargo, su incomprensible selección de tiro en los segundos finales desbarató las esperanzas del Barça de colarse en la reunión más elitista de Abu Dhabi.
PREVISIBLE CONTINUIDAD
Según apuntan medios catalanes, todo hace indicar que la figura de Joan Peñarroya ha salido reforzada de tanto sobresalto y cumplirá su contrato hasta junio de 2026 a la espera de cómo se resuelve el ejercicio.
Si el Barça es finalmente quinto de la fase regular, le aguardará una envenenada primera eliminatoria ante el Valencia o el Unicaja con desventaja de campo.
Queda por ver si un prematuro adiós a la pelea por el título liguero altera los planes de los rectores barcelonistas, que han ido reduciendo progresivamente la inversión en el deporte de la canasta durante los últimos tiempos apostando por entrenadores de perfil algo más bajo.
Con o sin Peñarroya, la plantilla se verá presumiblemente agitada durante el próximo mercado estival. Tornike Shengelia ya está atado en el capítulo de altas, mientras que la continuidad de jugadores muy cuestionados como Willy Hernangómez, Youssoupha Fall o incluso Álex Abrines pende de un hilo.