El Palacio de Congresos de Europa recibió ayer a un histórico del ciclismo español como Melcior Mauri, que acudió a Vitoria-Gasteiz para dar una ponencia en un foro celebrado con motivo de la Semana de Cicloturismo de Euskadi. Nacido en la localidad de Vic (Barcelona) en 1966, Mauri desarrolló su carrera como ciclista profesional entre los años 1987 y 2002, en los que logró 52 victorias, la más importante de ellas en 1991, cuando se proclamó campeón de la Vuelta a España, superando a dos huesos duros de roer como Miguel Indurain y Marino Lejarreta. Especialista en contrarreloj y destacado rodador, fue subcampeón del mundo contra el crono en 1998. Además, presume en su palmarés de otros logros como un sexto puesto en los Juegos Olímpicos de Atlanta, otro en el Tour de Francia de 1995 o un quinto lugar en el Mundial de 1997. Tras su retirada en 2002, nunca se ha desligado del mundo de la bicicleta y ahora el cicloturismo se ha convertido en una de sus pasiones. Precisamente, en su ponencia en el Europa habló de esa transición de profesional a cicloturista.

Una vez ciclista, ¿siempre ciclista?

-No necesariamente, yo me he encontrado de todo. Hay compañeros que quedaron tan quemados que después de retirarse no han vuelto a coger la bici y se han dedicado a otras cosas. Luego hay quienes, como yo, seguimos practicando el ciclismo con una filosofía totalmente distinta. Lo que es motivarse, competir y sufrir encima de la bicicleta lo hemos hecho cuando tocaba. Yo sigo disfrutando de algo que me apasiona y si, además, puedo hacer feliz a otras personas con el simple hecho de rodar a su lado, no hay nada que me llene más. Me lo sigo pasando bien pedaleando.

¿Qué ha sido de Melcior Mauri desde su retirada como ciclista profesional?

-Ahora parte de mi labor profesional está relacionada con el mundo del cicloturismo. Soy embajador de Guitart Hotels y me dedico a organizar actividades para el cicloturista sobre todo en los hoteles que tienen en Lloret del Mar y en La Molina. Por otro lado, también tengo un campus de ciclismo que dura tres días, de viernes a domingo, en el que realizamos rutas a distintas velocidades por las mañanas y por las tardes organizamos algún coloquio en el que se reúnen distintos aficionados al cicloturismo. No es como una marcha cicloturista en la que llegas y te vas, es más una convivencia. Yo también participo y suelo pasar tiempo con los cicloturistas. Me suelen ayudar otros exciclistas como Abraham Olano, Miguel Indurain, Roberto Heras o Pedro Delgado. También me dedico al ciclismo en interior, al spinning, con comercialización de material y formación de instructores.

¿Qué le parece Euskadi como lugar para practicar ciclismo?

-Euskadi tiene carreteras realmente bonitas y duras, es un lugar muy apropiado también para practicar cicloturismo. Lo más negativo es el clima. El frío y las lluvias dificultan que se puedan organizar más marchas ciclistas. El mal tiempo es un riesgo que siempre está ahí, pero sí que es verdad que en el norte suele llover más que en el sur de la península en primavera y en otoño. Hay potencial para organizar carreras realmente exigentes, con repechos duros, como suelen hacer en la Vuelta al País Vasco, pero creo que en el cicloturismo hay que buscar también otro tipo de recorridos para aquellos que buscan disfrutar del paisaje, visitar la tierra y conocer la gastronomía. Yo estuve en una que organizaron en Vitoria y otra en Bilbao y me encantaron las dos. Si me preguntas por qué puertos subimos ya no lo sé, son muchos años practicando el deporte.

¿Es muy diferente el ciclismo actual al de su época como profesional?

-Te diría que ahora está más profesionalizado, pero es que antes también lo estaba. Creo que la gran diferencia es que en mi época los equipos eran más una familia, un grupo humano. Quizá el único que todavía mantiene rencillas de esa filosofía es el Movistar, el funcionamiento del resto de equipos del UCI World Tour se parece cada vez más al de una empresa. Hay un mánager y desde el director deportivo hasta los corredores y auxiliares no son más que números para los que mandan. Si no funcionan, se cambian. Antes los directores deportivos como Eusebio Unzúe o Manolo Saiz eran los jefes, y lo que decían iba a misa. Ahora se echa al director deportivo a la mínima. En mi época también existía cierto calor humano entre los auxiliares, el equipo y los corredores. En la actualidad el ciclismo se ha masificado tanto que hay muchos corredores que pertenecen al mismo equipo y no se ven más que en la presentación a principios de temporada. Esa cercanía era uno de los factores que me hicieron disfrutar del ciclismo y creo que quienes corren ahora no la están viviendo tanto.

Entiendo que se queda con el ciclismo que vivió usted, ¿no?

-Si tuviera que elegir, sin duda volvería a correr en mi época. Por mi manera de ser me gusta más tener ese contacto, tener afinidad con los compañeros, con los auxiliares... Por supuesto que habrá grupos dentro de los equipos en los que se viva más esa cercanía que en otros, al igual que habrá integrantes que tengan que convivir mucho tiempo con alguien con quien se llevan mal, pero no les queda más remedio. Pero en general sí que en el ciclismo Pro Tour se está perdiendo esa cercanía.

¿Qué hay de los equipos más pequeños?

-En ese caso sí que se mantiene esa afinidad entre miembros del equipo. Al ser estructuras más pequeñas, es más fácil que exista ese calor humano del que le hablaba. Ese ciclismo sí se parece más al de nuestra época.

Mirando al pasado, ¿cuáles fueron su mejor y su peor momento como profesional?

-El recuerdo más bonito que tengo es sin duda ganar la Vuelta Ciclista a España en 1991, mientras que uno de los más duros fue precisamente tener que abandonar un año después la carrera con el dorsal número uno a la espalda en la etapa de los lagos. Viví las dos caras del ciclismo en una misma carrera. También fue triste tener que abandonar un año el Tour de Francia, son momentos en los que lo pasas muy mal. Te quedas desilusionado por ti, por los aficionados y por tu equipo porque no has respondido a la confianza que han depositado en ti. Eso a mí personalmente me afectaba bastante. En el ciclismo he vivido más momentos malos que buenos, pero ahora echo la vista atrás y pienso en las victorias, en los compañeros y los amigos que me dio este deporte y solo tengo recuerdos alegres.

Aunque el ciclismo sea un deporte de equipo, el que gana es solo uno. ¿Cómo se lleva eso?

-Es complicado. Los gregarios que realizan una labor de equipo, a veces tienen recompensa y otras veces, por muy bien que hayan hecho su trabajo, no, porque el líder no responde. Ser el hombre fuerte del equipo también conlleva una presión muy alta y hay corredores que son capaces de soportarla y otros que no. Algunos lo hacen muy bien, pero cuando tienen que ejercer de líder se hunden.

¿Cuál es la salud en estos momentos del ciclismo español?

-Yo creo que goza de buena salud, hay corredores jóvenes que van a dar mucho de qué hablar. Está claro que Alberto Contador, Purito Rodríguezo Miguel Indurain en su día cuando se retiró han dejado un vacío muy grande y no es fácil llenarlo, pero viene una nueva generación que seguro que tiene algo que decir en el mundo del ciclismo.

No todo el mundo puede ser Indurain, Contador o Melcior Mauri. ¿Qué tiene el cicloturismo que lo hace tan atractivo?

-Dentro del cicloturismo hay un abanico muy grande de posibilidades, y eso lo hace apto para todo tipo de corredores. Hay gente que es muy competitiva y si no practica el ciclismo a través de la competición, no lo disfruta. Otros, sin embargo, no pueden ni oír hablar de la competición o de sufrir sobre la bici, prefieren ver el paisaje y difrutar el ambiente sin esa agonía física que conlleva el ciclismo de alta competición. Las dos posturas son igualmente respetables. Yo intento abarcar todo ese abanico en las actividades que organizo para que todos puedan disfrutar. Personalmente, me identifico totalmente con ese cicloturista que busca placer y divertirse, yo ya tengo el sufrimiento en off. Si voy con un grupo y toca dar el do de pecho, suelto el pie y bajo piñones. Desde que mi mujer se aficionó al cicloturismo y hago marchas con ella he aprendido a disfrutar de otro tipo de ciclismo, y me gusta. Siempre digo que el ciclismo de alta competición es un deporte masoquista, gana el que soporta mejor el sufrimiento.

“Tuve momentos duros, pero me quedo con las victorias, los amigos y compañeros que dejé”

Exciclista

“No cambiaría el ciclismo de mi época por el actual, creo que se ha perdido cercanía dentro de los equipos”

“Indurain, Contador y ‘Purito’ dejaron un agujero muy grande y no es fácil llenarlo”

“Me identifico con ese cicloturista que busca placer, el sufrimiento lo tengo ya en off”