l borrador de la ley para la igualdad de las personas trans, llamado comúnmente como Ley Trans, que llevó a cabo el Ministerio de Irene Montero ha generado mucho debate. Incluso en el mundo del deporte. Y es que el texto filtrado por la ministra madrileña plantea la libre elección de género y, por ello, permite el cambio de sexo en el registro sin necesidad de ningún informe ni tratamiento médico o judicial a partir de los 16 años. Es decir, aboga porque el Estado respalde sin réplica el derecho total de autodeterminación. Así pues, esto, trasladado a la práctica deportiva, implica que los participantes en "eventos y competiciones serán considerados atendiendo a su sexo registral, sin que puedan realizarse en ningún caso pruebas de verificación de sexo". De esta forma, tal y como se indica en el borrador, los deportistas podrán participar en las diferentes categorías "de acuerdo al género que figure en los documentos expedidos por las autoridades españolas". Véase DNI o pasaporte. En definitiva, el texto redactado por el actual Ministerio de Igualdad busca acabar con la necesidad de someterse a tratamientos hormonales para llevar a cabo el cambio registral -hoy en día son obligatorios dos años de hormonación- y propone que sea la identidad de género el valor supremo para poder realizarlo.

A pesar de que todavía no existe un Proyecto de Ley, esta polémica idea ha acumulado, desde su filtración, tantos defensores como detractores. Y es que mientras los primeros abogan porque este texto facilitará la práctica de deporte a muchas personas, los segundos argumentan que es imposible equiparar la competitividad entre el cuerpo masculino y el femenino. Un debate que ahora se trasladará al Consejo de Ministros. Sin embargo, mientras, la controversia ya ha salido a la calle; siendo Jesús Tomillero, el primer colegiado a nivel estatal que se declaró abiertamente homosexual, uno de sus principales benefactores. Para el exárbitro, este es un "borrador necesario" que permitirá "federarse a muchas personas trans que no podían por el simple hecho de no haberse cambiado el DNI".

Sin embargo, en la otra cara de la moneda se encuentra Izaro Antxia, barakaldarra que en 2016 se convirtió en la primera transexual en jugar al fútbol sala a nivel estatal. Para la jugadora fabril las cuestiones biológicas son esenciales en el deporte. Y es que, a su juicio, un mujer, identitaria y biológica, estaría en desventaja respecto a una mujer identitaria pero de sexo biológico masculino. "Cuando empecé la hormonación corría diez kilómetros en 50 minutos. Tras seis años de tratamiento y entrenando cuatro veces más de lo que hacía en ese momento, los hago en 56. Los tiempos cambian muchísimo porque hay una diferencia abismal", explica a El Confidencial. Con todo, Antxia aboga por un cambio en la legislación. Sí que cree que la normativa actual, aquella que se remonta a 2007, necesita una revisión. Pero considera que la Ley Trans propuesta por Montero, esa en la que la autodeterminación es argumento suficiente para el cambio registral de sexo, "es injusta": "Vamos a pasar de tener deporte masculino y femenino a tener deporte masculino y el deporte mixto. Si esta ley es injusta para mí y para el resto de mujeres. Si yo hubiera podido competir desde el principio en ciertos deportes, como en un equipo de fútbol sala femenino, me habría salido".

Con todo, este borrador establece que la Ley Trans solo será aplicable a las competiciones estatales, por lo que no se extenderá a aquellas internacionales. Por lo que una campeona de España podría quedarse sin competir a nivel mundial porque los organismos deportivos internacionales sí que solicitan pruebas de verificación de sexo. De hecho, a este respecto, el caso más conocido es el de Caster Semenya. La atleta sudafricana presentaba tales índices de testosterona que la Federación Internacional de Atletismo (IAFF) le prohibió competir en la categoría femenina hasta que los redujera. E incluso el Tribunal de Arbitraje Deportivo, aunque admitió que su normativa es "discriminatoria", lo ratificó después de muchos litigios tras argumentar que dicha legislación es "necesaria para proteger el deporte femenino". Así pues, el texto elaborado por el Ministerio de Irene Montero, que todavía ni es un Proyecto de Ley por las reticencias del PSOE y sus aliados, vuelve a poner sobre la mesa un longevo debate.