on 400 kilómetros de aguas bravas, desde los casi 4.000 metros de altura hasta los 100, el río Karnali en Nepal es una joya oculta para los kayakistas. El proyecto para la construcción de una presa en la zona puede acabar con esta ruta aventurera, por lo que el donostiarra Mikel Sarasola, junto a otros tres practicantes de esta actividad deportiva, decidió documentar un último descenso desde una zona no explorada y servir, de paso, como altavoz de un paisaje que está a punto de desaparecer. El resultado, The Tears of Shiva, se podrá ver mañana en Donostia dentro de la programación del festival Mendi Tour.

"La aventura ya es llegar a la zona", apunta Sarasola que, cuenta, para que pudieran lanzarse por el río más largo y caudaloso de Nepal necesitaron de un helicóptero, yaks porteadores para los kayaks y la ayuda de un nepalí que sirviera como intérprete en el grupo. "Nepal es conocida para el kayak, pero este río está muy remoto y el acceso es complicado. Además, es una zona pobre, a la que la gente no va y no es nada turística", explica.

Karnali es un río sagrado que nace en el Tíbet y recorre uno de los valles más poblados de Nepal. Este kayakista vasco lo conoció hace años y se enteró del proyecto de la presa. Fue entonces cuando decidió que algún día volvería para contar, "sin entrar a valorar si está bien o mal", las consecuencias positivas y negativas de su construcción. La excusa para ello finalmente llegó con la idea de descender una zona no explorada.

Así, tal y como se relata en el documental, hacer uso de los recursos hídricos del río para generar energía es una gran oportunidad para el desarrollo de los nepalíes. No obstante, que para ello sea necesario destruir los paisajes naturales únicos que allí se dan ha puesto el grito en el cielo de varias asociaciones. "Como es una zona tan grande, hay de todo. Los que viven en los lugares más altos lo ven como algo muy lejano que no les va a afectar, mientras que a los que viven a menos altura, donde todo es más turístico, sí que les va a perjudicar", explica Sarasola, al tiempo que añade que, "nadie les ha explicado el proyecto": "Hay gente que está a favor porque les han dicho que van a poder trabajar, pero no saben nada de lo malo que también acarrea".

Si ya de por sí "es muy complicado" bajar por estas aguas bravas, hacerlo a la vez que lo grabas es una odisea. Todo el material de filmación debía ir recogido en el interior de las propias canoas, junto al resto de enseres y objetos de acampada. Además, era fundamental planificar antes de cada descenso todo lo que se iba a recoger con la cámara. Algo que Sarasola pudo hacer "al ya estar más que acostumbrado a grabar" en situaciones así. Después de ser miembro de la selección española de piragüismo y campeón estatal en la modalidad de kayak slalom junior, este deportista decidió recorrer el mundo descendiendo los ríos más salvajes del planeta acompañado por una cámara. Así, es autor de piezas como Caminos de agua, que al igual que The Tears of Shiva, fue seleccionada por el Bilbao Mendi Film Festival, o el reciente cortometraje Una y ninguna más.

"No es nada sencillo hacer un documental a la vez que algo tan peligroso, pero al final te haces a todo", apunta, relatando que grabando en tierras nepalíes, captaron la atención de todos los habitantes de la zona. "Son muy curiosos. Al vernos llegar con los colores tan llamativos del kayak y la ropa se acercaban. Pero también son muy hospitalarios, nos invitaban a sus casas y a comer", cuenta.