mplió distancias con un soberbio zurdazo desde fuera del área y asistió a Coutinho para dejar sentenciado el partido en el tercer gol del encuentro. Más cuestionado que nunca desde que llegó al Barcelona, el delantero francés se erigió como el hombre del partido. Antes de anotar su gol, Antoine Griezmann ya intentó batir a Sergio Herrera en dos ocasiones. La primera de ellas, en un tiro cruzado que se marchó desviado del palo izquierdo de la portería rojilla, y en la segunda, en un mano a mano que el portero de Miranda de Ebro desbarató. Sin embargo, a tres minutos de llegar al descanso, el ‘7’ azulgrana remató de volea desde la frontal del área un despeje de cabeza de Moncayola.
El tiro del francés sorprendió incluso al propio Herrera, que vio cómo el obús se colaba en su portería. A la tercera fue la vencida y Antoine Griezmann dedicó a su hija el gol, como publicó en redes sociales al acabar el choque. Además, el atacante francés recibió el abrazo de Leo Messi, que escenificó que entre ellos no hay ningún problema, por mucha tierra de por medio que quiera poner el que fuera su representante. No solo contento con su gol, en la segunda parte el delantero francés se convirtió en el mejor socio de Philippe Coutinho. Llegando al cuarto de hora de la reanudación, un desacertado despeje de Facundo Roncaglia habilitó al francés, que se encontraba en fuera de juego, que no dudó en regalar el tercer tanto a su compañero de equipo, tanto con el que sentenciaba el Barcelona el encuentro. El francés, que no entró en el carrusel de cambios que realizó Ronald Koeman, disputó los 90 minutos al completo, firmando una de las mejores actuaciones que se le recuerda como jugador del Barcelona. Una reivindicación que le convirtió en la estrella del encuentro.