- El 114º Giro de Lombardía, que se disputó ayer sobre 231 kilómetros entre Bérgamo y Como, pasará menos a la historia por la victoria en solitario del danés Jakob Fuglsang (Astana) que por los dos accidentes que se produjeron en el segundo monumento de esta temporada.
En primer lugar, el del belga Remco Evenepoel. La joven promesa del Deceunick-Quick Step sufrió una terrorífica caída por un puente en la bajada de Sormano, pero tuvo la fortuna de no precipitarse en el vacío sino en una zona arbolada unos cinco metros más abajo.
Tras unos minutos de incertidumbre en los que se llegó a temer su muerte, el belga fue evacuado en ambulancia al hospital de Como. No perdió la consciencia, pero sufrió fractura de pelvis y una contusión en el pulmón derecho.
Y el segundo accidente, aunque no tuvo consecuencias, pudo ser también muy grave: en un error inadmisible de la organización de la carrera, una conductora se metió con su coche en el trazado de los últimos kilómetros, ya en las calles de Como, y torció a la izquierda en un cruce, provocando la caída de Maximilian Schachmann (Bora). El alemán no sufrió lesión alguna y prosiguió la carrera, en la que terminó en séptima posición.
Jakob Fuglsang, de 35 años, se consagró ayer al sumar su segundo monumento tras la Lieja-Bastoña-Lieja de 2019.
El danés lanzó su ataque decisivo a 6,5 kilómetros del final, en la subida al San Fermo de la Battaglia, a su compañero de fuga, el neozelandés George Bennett (Jumbo-Visma), al que aventajó en 31 segundos en la meta. Cerró el podio un compañero de Fuglsang en el Astana, el ruso Aleksandr Vlasov.
El Giro de Lombardía 2020, disputado a más 30 grados, comenzó a decidirse a falta de 65 kilómetros para el final cuando se abría el tramo clave de la carrera, con las subidas a la Colma de Sormano y al Muro de Sormano, con 2 kilómetros con un 15 % de pendiente, y al Civiglio.
Ahí se formaba un grupo cabecero de seis ciclistas que iba a jugarse la victoria, compuesto por tres ciclistas del Trek-Segafredo (Nibali, Mollema y Ciccone), dos del Astana (Fuglsang y Vlasov) y uno del Jumbo (Bennett).
Parecía que el Trek-Segafredo iba a jugar con ventaja, pero la dureza del trazado final de Il Lombardía no admite estrategias, sino que exige fuerzas, y en uno de los repechos cercanos a la meta se quedaron rezagados Nibali y sus dos compañeros.
En otra rampa, Bennett atacó y se llevó a su rueda a Fuglsang, y éste aguantó hasta que vio la ocasión para lanzar su contrataque, en el que demostró que estaba mucho más fuerte que el neozelandés.
Cuarta Etapa. El alemán Lennard Kämna (Bora-Hansgrohe), de 23 años, estrenó su palmarés profesional con victoria en solitario en la cuarta etapa del Dauphiné disputada entre Ugine y Megève con un recorrido de 157 kilómetros, en la que el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma) conservó el maillot amarillo a pesar de haber sufrido una caída sin mayores consecuencias. El joven de Fredenbeck fue el más fuerte del grupo que protagonizó la escapada del día. Atacó a 3,6 kilómetros del helipuerto de Megéve, un esfuerzo que le permitió saborear la victoria. En el grupo de favoritos hubo tranquilidad, donde el Jumbo-Visma impuso un ritmo de paseo hasta el final.