Un penalti a diez minutos del final evitó la sorpresa en el Sánchez Pizjuan. Sergio González apostó por sus meritorios y el plan no pudo empezar mejor. Uno a uno, los menos habituales del Valladolid -sólo repitieron dos titulares respecto al anterior choque liguero- se comieron de inicio a sus pares hasta que llegó el gol. Michel templó una falta y Kiko Olivas se adelantó a Vaclik aprovechando su salida en falso. Lopetegi echó el resto tras el descanso y cercó a su rival. Pero no fue hasta que el árbitro pitó un discutido penalti en el 80, y lo confirmó el VAR, que apareció Ocampos para rescatar un punto y salvar los muebles.