Vitoria - Los deportes son variopintos cuanto menos o eso parece cuando se sale de la aparente convencionalidad del fútbol o el baloncesto. Da la sensación que esos son los deportes por antonomasia y que los otros son simples pasatiempos que muchas veces, mal dicho, es jugado por frikis o por personas no aptas para disfrutar de los deportes mencionados. Además, muchas veces se olvida que el fútbol comenzó a forjarse a finales del siglo XIX en Inglaterra. Mientras que el primer intento de establecer unas reglas básicas fue en 1848 en Cambridge, lugar donde se decidió la exclusividad de usar únicamente los pies. Por tanto, ¿qué había antes? y sobre todo ¿a qué se jugaba en los lugares más fríos o con peores condiciones del planeta?

En este sentido nos vamos a centrar en un deporte, el curling. Es una disciplina de precisión y de equipo, con alguna similitud con los bolos ingleses y la petanca, que se practica en una pista de hielo de 45'5 metros de longitud y 4'75 metros de ancho. En cada partido se enfrentan dos equipos formados por cuatro jugadores cada uno y tienen el objetivo de lanzar una piedra de 20 kilos de peso a una diana situada en el lado opuesto del lanzamiento. El tiro lo realiza un jugador y son otros dos los que con un cepillo intentan que la piedra coja más velocidad o menos y colocarla donde quieran. Cada equipo tiene ocho lanzamientos y gana el que sea capaz de colocar más piedras cerca del centro de la diana a lo largo de ocho o diez mangas, siendo posible obstaculizar o impactar con las piedras del adversario. En cuanto a la puntuación, la piedra más cercana al centro de la diana, cuenta un punto, la siguiente dos y así sucesivamente. De esta manera cada equipo tiene la obligación de acabar cada manga con cero puntos y en caso contrario se realiza un lanzamiento extra para realizar el desempate.

En principio su origen está datado en el siglo XVI en Escocia, 300 años antes que el fútbol y algo más que el actual modernizado que todos conocemos. En un principio, los partidos se disputaban en los lagos helados y no fue hasta el siglo XIX cuando se crearon las primeras pistas de hielo. Con el paso del tiempo el deporte se expandió por los países nórdicos y consiguió llegar a Canadá, país donde existe una gran tradición por los deportes de invierno debido a su climatología. Hasta el 1998 en Nagano no fue un deporte olímpico y desde entonces ha sido parte del programa sin excepción. En estos momentos su práctica está en expansión por todo el continente europeo y cuenta con más de 150.000 jugadores federados, por lo que se podría decir que no es un deporte minoritario. Se practica en cuatro modalidades diferentes tales como el mixto, femenino, masculino y dobles mixto. Además, da la oportunidad a los países con menos tradición a viajar a otros lugares.

A simple viste resulta raro o al menos muy complicado que un deporte con nacimiento en Escocia y que ha crecido por países fríos haya encontrado una grieta en el sistema para llegar a una localidad como Vitoria. En estos momentos la capital alavesa cuenta con tres clubes en distintas categorías o torneos nacionales como internacionales. El más importante y longevo es el Iparpolo curling seguido de Iceberg y Harrikada. Concretamente es este último en el que haremos hincapié, ya que es un equipo en completo crecimiento desde su creación en el año 2013. En línea generales, cuentan con 37 licencias y dos escuelas, una en Logroño y otra en Vitoria. "Entrenamos en el Bakh y nacimos como un necesidad que tenían los vitorianos de crear un club de curling que aceptara a todos los jugadores en todos sus niveles por igual. Nuestra lucha diaria consiste en fomentar, visibilizar y formar a todos los jugadores que tenemos sin excepción. Además, nuestro objetivo no es ganar o luchar para conseguir victorias. Desarrollamos valores deportivos como humanos, técnicas del curling, estrategias y si se puede ganar bienvenido sea. En definitiva, queremos fomentar el curling en Álava con jugadores de aquí, aunque también contamos con deportistas de Bizkaia, Logroño y Cantabria", afirma el presidente del club Harrikada Iraitz Goldazarena.

El equipo vitoriano está integrado dentro de la Federación Alavesa de Deportes de Invierno y aseguran ser una organización innovadora, que cuida la relación entre sus miembros, integradora con las administraciones locales deportivas, referente del País Vasco, reconocida y valorada por el desarrollo de sus valores éticos y deportivos, que se relaciona y convenía con muchos clubes extranjeros. Entrenan en las instalaciones del Bakh pero afirman que la pista de hielo no está en las condiciones idóneas para desarrollar el curling. "La pista de hielo tiene una inclinación muy grande y esto provoca que los lanzamientos no sean rectos. En estos momentos entrenamos en el mismo sitio el Iparpolo, el Iceberg y nosotros. Hay tres carriles y cada viernes a las 20.00 horas es muy difícil mejorar. Esto hace que tengamos que ir a torneos para entrenar o aprender más si cabe, ya que en Vitoria es difícil debido a la inclinación que he mencionado. Estamos todos igual, no nos quejamos porque tenemos un sitio donde jugar pero se puede mejorar", recalca Goldarazena.

El club Harrikada en estos momentos está en pleno crecimiento desde su creación hace siete años. Muchos de los jugadores aprendieron en el club Iparpolo "pero llegó un momento que creímos en crear algo diferente sin desmerecer a nadie". Así, tal y como indican desde el club luchan por ser un equipo que prime la práctica y el desarrollo deportivo de sus asociados por encima de los resultados competitivos inmediatos. Además, quieren ser un club donde cada uno de sus miembros se sienta relevante en una organización transparente y participativa; que colabore con el entorno, ciudad y país en el desarrollo de los valores del club; que el euskera sea el vehículo de comunicación prioritario en las relaciones entre sus miembros; y, por último, promover el curling en todo Álava.

En cuanto al número de socios en la actualidad cuentan con 37 licencias y dos escuelas pero como aseguran no siempre ha sido así. "Hemos sufrido un incremento positivo en todos los sentidos y esta temporada es quizá el año en el que hemos explotado", remarca el presidente y jugador de Harrikada. En el año de su fundación tan solo contaron con 12 socios en sus filas. En el segundo año fueron 10 pero se añadieron seis abonados. En el 2016 se vivió el primer crecimiento grande pasando de ser 19 miembros en total a 30, repartidos entre socios (11), abonados (12) y cursillistas (siete). Los siguientes años el crecimiento fue exponencial hasta llegar en la actualidad a ser 70 miembros entre una cosa y otra.

En cuanto a las competiciones oficiales la Federación Española de Deportes de Invierno organiza cinco competiciones, las cuales dan opciones para clasificarse para representar a España en los Campeonatos de Europa o en los Mundiales. Además, recientemente los clubes a través de sus respectivas federaciones han comenzado a organizar competiciones promocionales, que dan lugar a nuevos torneos, todos ellos de cuatro jugadores, en los que juegan indistintamente mujeres y hombres. Harrikada juega junto a Iparpolo e Iceberg la Liga Norte compuesta por 10 equipos. Los clubes vascos, por su parte, están trabajando en la actualidad por hacer un campeonato de Euskadi.

Harrikada como club está reconocido por ser uno de los más participativos en los torneos llegando a participar con un equipo en Primera, dos en Segunda o cinco en la Liga Norte, entre otros campeonatos. Por último, destacar que los alaveses han participado en torneos internacional como la Crystal Trophy en Berna, el fin de semana pasado, o en la Yetti Cup de Estonia. "Tenemos siete años de vida pero un objetivo claro, fomentar el curling en Álava", concluyó Iraitz Goldarazena.

El club de curling Harrikada tiene a Iraitz Goldarazena como máximo mandatario aunque como él mismo asegura son un grupo de personas a cargo de todo, "no soy el único". Están en continuo crecimiento desde su creación en 2013 y con la convicción de disfrutar de un deporte que les "apasiona". Además, no se quieren centrar en ganar y tratar de "fomentar valores deportivos con el curling, así como todos los aspectos técnicos de este deporte", concluyó el alavés que también juega en el equipo de Primera.