Trondheim (Noruega) - La selección española juega hoy ante Alemania (18.15, Teledeporte) un partido que puede ser decisivo en su trayectoria en el Europeo, ya que los puntos se acumulan para la segunda fase, que sería una ventaja incuestionable para afrontar un segundo turno en el que sólo Croacia parece en disposición de poder pelear de tú a tú con España y Alemania, las dos últimas campeonas continentales, por las dos plazas en juego para las semifinales.
Todo un botín que españoles y alemanes tratarán de alcanzar con dos estilos de juego radicalmente opuestos, ya que si los Hispanos apuestan por un balonmano elaborado, en el que la inteligencia y la táctica tienen un papel fundamental, el equipo alemán destaca por su juego directo y físico, con protagonismo especial de los lanzadores Johannes Bitter y, sobre todo, Andreas Wolff, que parece haber recuperado el nivel que le llevó a conducir a Alemania al título europeo en 2016 en Polonia.
"Por su forma de jugar, Alemania es un equipo que le saca mucho rendimiento a construcciones simples. Les basta con adquirir una mínima ventaja mediante el juego dos para dos o en los uno contra uno para que sus jugadores no se lo piensen y lancen", explica el seleccionador español Jordi Ribera.
Todo lo contrario que España, que carece del poderoso lanzamiento exterior del equipo germano y, por ello, necesita elaborar cada uno de sus ataques para generar los espacios necesarios para llegar al gol.
Una circunstancia que otorgará un papel fundamental a la labor de los centrales Raúl Entrerríos y Dani Sarmiento, que no deberán dejarse atrapar por la dureza de los defensores alemanes, en especial de los fornidos Hendrik Pekeler y Patrick Wiencek, siempre al borde del reglamento.
Aunque la mejor fórmula, como recalcó el seleccionador español, para evitar las dificultades ofensivas será explotar al máximo el juego de contraataque, para lo cual los Hispanos deberán mostrar la misma intensidad defensiva que les permitió recuperar numerosos balones en su debut ante Letonia.
Un trabajo defensivo que el seleccionador español confía en que no se vea lastrado, tal y como ocurrió en el estreno del campeonato, por las sanciones, como las dos tarjetas rojas directas que vieron Jorge Maqueda y Viran Morros, algo inusual, ya que España suele concluir cada gran torneo como uno de los equipos menos sancionados. - Efe