Doha - Los Mundiales más tardíos de la historia, en el moderno Khalifa Stadium erigido sobre el desierto de Doha, convocan a la batalla por el liderazgo del atletismo mundial, vacante desde que el astro jamaicano Usain Bolt se retiró cojeando en Londres 2017. Los campeonatos recalan en Qatar precedidos de una intensa polémica sobre las condiciones ambientales de las pruebas fuera del estadio (maratón y marcha) y el peligro que para la salud de los atletas representa la combinación de temperaturas en torno a los 33 grados con una humedad superior al 60%.
Doha tendrá que elegir al nuevo rey del atletismo, o al menos confirmar al ser humano más rápido del planeta, y los dos candidatos a ocupar el trono nacieron en los Estados Unidos. Todavía con el susto en el cuerpo tras escapar, por un tecnicismo legal, a una sanción de dos años por no justificar tres faltas a controles de dopaje por sorpresa en el plazo de doce meses, Christian Coleman, el hombre más veloz del mundo los dos últimos años y líder de la presente temporada en 100 metros (9.81), está llamado a erigirse en nuevo rey del esprint. Sobre la pista de Doha estará su compatriota Gatlin, que defenderá el título con 37 años y el nigeriano Divine Oduduru, segundo del ranking con un registro de 9.86.
La carrera de 200 metros tendrá un solo favorito, el antiguo gimnasta estadounidense Noah Lyles, capaz de elevar sus rodillas por encima de la cabeza de Gatlin (que mide 1,85) en sus saltos acrobáticos de calentamiento. Encabeza el ranking del año con 19.50 y cualquier resultado que no sea su triunfo será considerado una gran sorpresa.
En mujeres, el triple salto El estrellato femenino también está en juego y se dirimirá, principalmente, en un duelo espectacular sobre el foso de triple salto. La venezolana Yulimar Rojas, defensora del título, se enfrenta a la mejor atleta mundial del año 2018, la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica, en presencia de la titular europea bajo techo, la española Ana Peleteiro, y de la jamaicana Shanieka Ricketts, que llega con la segunda mejor marca entre las 29 contendientes (14.93).
El 6 de septiembre pasado, en la localidad española de Andújar, Yulimar Rojas se encaramó, con 23 años, al segundo lugar del ranking de todos los tiempos con un vuelo de 15,41 metros. Sólo la ucraniana Inessa Kravets, plusmarquista mundial, la precede con 15,50 metros. Si revalida el título, la discípula del cubano Iván Pedroso emulará a Ibarguen, la cubana Yargelis Savigne y la rusa Tatyana Lebedeva como doble campeona mundial de triple salto.
Rojas ha ganado este año seis de sus ocho competiciones al aire libre, pero ha perdido frente a Ibargüen, que alterna el triple con la longitud, y contra Ricketts en la final de la Diamond League.
El memorial de ausencias lo encabeza la androgénica sudafricana Caster Semenya, que ha preferido renunciar a la defensa de su corona de 800 antes que someterse a medicación para reducir a 5 nanomolos por litro de sangre que exigen las nuevas normas de la IAAF si quiere competir en categoría femenina en carreras que van desde los 400 metros hasta la milla.
Tampoco estará el mejor corredor de maratón de la historia, el keniano Eliud Kipchoge (plusmarquista mundial con 2h.01:39), que sólo una semana después de estos campeonatos, en Viena, realizará su segundo asalto al muro de las dos horas en el proyecto Ineos.
Doha 2019 será, en todo caso, un Mundial atípico, engendrado entre sospechas de corrupción en el entorno del anterior presidente de la IAAF, el senegalés Lamine Diack; amenazado por la bandera negra -código que aconseja la suspensión de una prueba por calor excesivo- y en un año preolímpico en el que algunos atletas prefieren tomárselo con calma. - Efe