vitoria - Los pelotaris Iribarren y Artola superaron (22-17) en la tarde del viernes a la pareja formada Larrazabal y Legarreta en la final del Torneo Lakua, en un partido que le faltó mucho juego. Fue un duelo extraño, con mucho fallo pero con tantos de mérito, rachas de juego buenas y brillo en momentos determinantes. Los cuatro pelotaris de la final senior élite pasaron por mejores y peores momentos, pero también estuvieron a buen nivel cuando les tocó. Legarreta comenzó seguro mientras que Artola no consiguió que mano y pelota coincidieran en lo que quería hacer el joven pelotari. Artola, a medida que el encuentro avanzó fue subiendo prestaciones y supo sacar rédito del increíble bajón de su compañero de posición.

En cuanto a los delanteros, ocurrió algo similar. Larrazabal tuvo un inicio arrollador y protagonizó algunos ganchos, así como pelotazos dignos de un pelotari con mucho talento y una gran potencia. El otro atacante, Iribarren, empezó bastante apabullado y muy reservón, sin nada de chispa, pero luego supo rehacerse, empujado en gran parte por el dominio de su compañero Artola en la retaguardia. Apuntalaron la victoria, viniendo desde abajo y repitiendo continuamente el mismo golpe en el tramo decisivo del choque, cinco y seis paraditas al txoko que Iker veía siempre tarde en favor de Artola e Iribarren.

En la categoría de promesas, Alberdi y Etxeberria vencieron por 22 a 20 ante Nazabal y Lazkoz. La pareja de pelotaris sufrieron más de la cuenta pero al final sumaron un triunfo en el que Alberdi, espigado, fino y talentoso marcó la diferencia. Nazabal, con un cuerpo hecho para la pelota no supo definir y Etxeberria mantuvo el tipo con un Lazkoz que también tuvo mérito.

En la final de chicas, Leire Garai cayó ante Bergara por 18-10 maquillando un resultado que pudo ser escandaloso. Pero Leire se vino arriba, con todo perdido, superada por la potencia y el juego largo de su rival -a ella no le salía nada de lo que proponía- y con el saque a favor sumó hasta seis puntos seguidos. La racha se rompió cuando una dejada al ancho, llegando en mala posición, le pegó en su propio cuerpo. - DNA