Real Madrid79

Valencia Basket66

REAL MADRID Randolph (9), Rudy (7), Campazzo (9), Tavares (5) y Taylor (11) -equipo inicial-, Causeur, Ayón (10), Reyes, Llull (13), Carroll (4), Deck y Thompkins (11).

VALENCIA BASKET Labeyrie (4), Dubljevic (12), Vives (7), Sastre (5) y Doornekamp (2) -equipo inicial-, Abalde (3), Diot (2), Van Rossom (2), Thomas (10), Tobey (12), San Emeterio (7) y Martínez.

Parciales 14-22; 28-14; 26-16; 11-14.

Árbitros Martín Bertrán, Calatrava y Serrano.

Pabellón WiZink Center.

madrid - El Real Madrid viajará a Valencia con un 2-0 en la eliminatoria después de sofocar este sábado el intento de dar la vuelta a la tortilla de su rival y conseguir la victoria por 79-66, tras una gran actuación de Facundo Campazzo y Sergio Llull, fundamental en el final del segundo cuarto. El Valencia tuvo claro desde el principio el remedio a sus males del primer partido: endurecer la defensa. Y el Madrid lo notó desde el inicio porque, tras el 2-0 inicial, se pasó todo el primer cuarto detrás de los visitantes tratando de encontrar su juego.

Del 20-7 con el que finalizaron los primeros cinco minutos en el primer choque, se pasó a un 12-8 engañoso en este segundo. De hecho, a partir de ese momento el Real Madrid entró en una especie de agujero negro que le costó un parcial de 2-19 en los siguientes 7 minutos.

El primer cuarto finalizó 14-22, con Bojan Dubljevic y Mike Tobey como máximos anotadores, pero sobre todo con el Valencia dando la sensación de ser un equipo completamente diferente, duro y aguerrido atrás y valiente y decidido en ataque.

En el minuto 12, llegó la máxima renta valenciana, 14-27. Laso movía el banquillo en busca de puntos, al tiempo que intentó que sus hombres cerraran el camino al aro a los rivales.

los jefes, al rescate Le costó, pero, poco a poco, el Real Madrid fue encontrando su juego, su esencia, la clave de su éxito en los últimos años. La mejora defensiva de los madridistas y el tiro exterior comenzaron a surtir efecto y la ventaja se fue reduciendo. La presencia de Sergio Llull en todo el segundo acto apenas había tenido trascendencia, salvo en un par de fogonazos. Fue en los últimos minutos, con Facundo Campazzo como base y liberándole del control del balón, cuando Llull entró en ebullición y se mostró en estado puro.

El Valencia había enseñado los colmillos y el Madrid había visto las orejas del lobo, pero ni los visitantes pudieron mantener su apuesta de dureza defensiva ni los vigentes campeones quisieron dejar la oportunidad de seguir con las máximas opciones en su lucha por intentar renovar el título. - Efe